Las alergias alimentarias son una reacción del sistema inmunológico ante ciertas proteínas presentes en alimentos, que pueden desencadenar desde síntomas leves, como picazón o hinchazón, hasta reacciones graves como anafilaxia, que, si no se tratan rápidamente, pueden ser potencialmente mortales. En los últimos años, su incidencia se ha incrementado de forma preocupante, especialmente en la población infantil, lo que plantea nuevos retos para la comunidad médica y científica.
Explorar esta problemática y sus avances recientes en investigación han sido el tema central de la IV Jornada de formación científica para periodistas "Ciencia al Día", organizada por la Fundación PharmaMar en colaboración con la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) e impartida por Dra. María Gasset, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Durante su intervención, la Dra. Gasset explicó cómo el cambio en los hábitos alimentarios, que han pasado de lo local a lo global, puede estar relacionado con este incremento de alergias alimentarias. "La introducción de alimentos procesados y de larga duración, además de nuevas fuentes alimentarias, como distintas especies de pescado o frutas tropicales pueden disparar nuevas formas alergénicas en la población". Aunque explicó que: "El 90 % de los casos de alergias alimentarias están causados por proteínas (alérgenos) de 9 alimentos: leche, huevo, pescado, marisco, cacahuete, frutos secos, soja, trigo y sésamo".
Este incremento también parece estar influido por factores ambientales y de estilo de vida, así como por alteraciones en la microbiota intestinal, el cual desempeña un papel clave en el desarrollo inmunológico. La Dra. Gasset comentó que "la hipótesis de la higiene y otros factores ambientales pueden estar modificando la respuesta del sistema inmunológico de manera significativa".
Avances tecnológicos en diagnóstico y tratamiento
Respecto al diagnóstico la Dra. Gasset destacó que uno de los principales desafíos respecto a las alergias alimentarias es que: "El diagnóstico es siempre la consecuencia de una exposición. Averiguar qué hace que una proteína se convierta en alérgeno permitiría avanzar en la calidad de diagnóstico".
Los avances en tratamiento fueron otro de los temas abordados, destacando la inmunoterapia y las técnicas de edición genética CRISPR, que permiten modificar alérgenos específicos, así como otras terapias emergentes como la restauración de epitelio y de la microbiota o varias vacunas en desarrollo. "Estos avances son necesarios para los afectados por alergias alimentarias que, aunque no seamos conscientes interfieren significativamente en las actividades cotidianas limitado el desarrollo vital de los pacientes, condicionando la elección de actividades profesionales o de ocio y reduciendo el abanico de expectativas en muchos aspectos de la vida".