El cloro de las piscinas, ¿enemigo de la salud bucodental?

Solo una exposición continuada al cloro puede causar problemas en la salud bucodental
Los nadadores profesionales deben mantener hábitos de prevención más rigurosos de higiene bucodental

Un baño en la playa o la piscina es siempre una de las mejores opciones para combatir el calor del verano. Sin embargo, el agua tratada con cloro y otras sustancias químicas se suele asociar al desgaste y la erosión bucodental. Patricia Zubeldia, odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental, aclara que "la exposición que habitualmente tenemos en la piscina al cloro no es la suficiente como para dañar el esmalte dental.

Para el tratamiento de las piscinas, se usan productos químicos para que el agua esté libre de microorganismos que pueden infectarla. "Es necesario que los niveles químicos del agua se mantengan de forma rigurosa para prevenir la erosión del esmalte", comenta la odontóloga Zubeldia. Por lo tanto, es necesario tener un cuidado especial en las piscinas localizadas en los domicilios privados, donde el control de los elementos químicos es menor y el pH del agua podría dañar el esmalte dental.

Por ello, la odontóloga de Sanitas Dental, Patricia Zubeldia, explica que "siempre es aconsejable cepillarse los dientes con pasta dental fluorada después de acudir a la piscina como método preventivo".

"El sarro del nadador" y otros problemas bucodentales de los deportistas

Los nadadores profesionales, que suelen pasar más de seis horas semanales en la piscina, tienen un mayor riesgo de sufrir problemas en su salud bucodental, ya que se exponen de manera continuada al agua tratada con cloro. "Los componentes químicos del agua hacen que las proteínas salivales se descompongan de una manera más acelerada de lo habitual, provocando que se incrementen los depósitos orgánicos en los dientes del nadador. Las bacterias se adhieren con más facilidad y se transforman en placa bacteriana, que se mineraliza y se convierte en sarro, que se ve, sobre todo, en los dientes frontales con manchas amarillentas o marrones", comenta Zubeldia. Esto se conoce como el "sarro del nadador".

El sarro, además de ser un problema estético, puede afectar de forma grave a la salud bucodental provocando inflamación de encías (gingivitis), mal aliento (halitosis), caries o periodontitis. A esto se suma, la ingesta de hidratos de carbono y de productos ricos en glucosa o bebidas azucaradas como las bebidas isotónicas, que pueden agravar estos problemas.

Por otro lado, una exposición continuada al agua de la piscina también puede debilitar el esmalte dental y en última instancia puede dar lugar a la erosión dental.

La odontóloga de Sanitas Dental, Zubeldia, explica que "es esencial para los nadadores profesionales mantener unos hábitos de prevención, como fluorar los dientes regularmente y llevar un control sobre los niveles químicos del agua para evitar que el esmalte dental se debilite o erosione" y, además, explica que "el sarro puede eliminarse de manera sencilla con una limpieza dental profesional".

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