Un artículo publicado en la revista Current Opinion in Lipidology, revisa las recomendaciones actuales sobre la importancia de la alimentación en la reducción del colesterol LDL.
Este estudio destaca que una alimentación cardiosaludable debe ser rica en fibra, incluyendo frutas y verduras, cereales, legumbres y frutos secos, para conseguir un balance positivo de grasas insaturadas frente a las saturadas y trans.
Además, con el objetivo de reducir el nivel de colesterol LDL (malo), el estudio recomienda el consumo de esteroles vegetales y proteínas provenientes de la soja o las isoflavonas. Según los autores, la aplicación de estas recomendaciones en la alimentación, ha mostrado ser beneficiosa también en el control de la hipertensión y la diabetes.
Sustituir un 5% de las calorías provenientes de las grasas saturadas por grasas mono y poliinsaturadas como las presentes en los aceites y derivados como la margarina, el pescado azul, el aguacate y los frutos secos, contribuiría a reducir, en un 42%, el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Los esteroles son ingredientes de origen vegetal presentes en pequeñas cantidades en aceites de semillas (maíz, girasol, etc.), en frutas y verduras, legumbres y algunos frutos secos que, según la evidencia científica, actúan reduciendo el colesterol LDL. Los esteroles vegetales, al tener una estructura química similar al colesterol, compiten por su absorción dentro del organismo.