El consumo moderado de cerveza y la ausencia de relación con un incremento en el peso ha sido el tema central de la ponencia del Dr. Fernando Goñi, del Servicio de Endocrinología y Nutrición en el Hospital de Basurto (Bilbao). La conferencia se ha desarrollado en el marco de la 57º edición del Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que está teniendo lugar estos días en Madrid.
Son muchos los estudios científicos que concluyen que la cerveza puede formar parte de una alimentación saludable y que su consumo moderado (de 1 a 2 cervezas al día para las mujeres y de 2 a 3 para los hombres) no provoca un aumento del peso. En concreto, según la investigación "Asociación entre el consumo moderado de cerveza tradicional y sin alcohol y la composición corporal", dirigida por la Prof. Dra. Ascensión Marcos, directora del Grupo de Inmunonutrición del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN), el consumo moderado de cerveza, tanto tradicional como sin alcohol, no modifica la circunferencia del brazo, cadera y cintura, ni provoca alteraciones en el Índice de Masa Corporal.
Por otra parte, la investigación "Relación entre el consumo moderado de cerveza, calidad nutricional de la dieta y tipo de hábitos alimentarios", realizada por la Dra. Rosa María Ortega Anta, Catedrática del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, y por el Dr. Lluís Serra Majem, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, concluye que las personas que ingieren cerveza de forma moderada suelen presentar mejores hábitos alimentarios, una composición corporal más adecuada, mayores niveles de HDL o colesterol bueno y menores de LDL o colesterol malo que los no consumidores. Además, el estudio también afirma que los consumidores moderados que participaron en él presentaron una composición corporal más adecuada.
Estos resultados pueden deberse a la baja cantidad calórica de esta bebida fermentada, tan solo 90Kcal en una caña de 200 ml, y un porcentaje aún más pequeño en el caso de la cerveza sin alcohol, una media de 34 Kcal para la misma cantidad. Por ello, Dr. Fernando Goñi en su documento "Papel del consumo de cerveza en el tratamiento dietético del obeso" considera que, "incluso en las dietas a pacientes que sufren problemas de obesidad, se puede incluir la ingesta de una cantidad moderada, siempre que no esté contraindicado por un problema médico". Según explica en el documento, una dieta para adelgazar debe ser equilibrada y sencilla de realizar por lo que no se debe restringir aquellos alimentos propios de nuestra cultura mediterránea, como la cerveza.
En este sentido, en el manual "Cuida tu peso fuera de casa", el Dr. Fernando Goñi recopila una serie de consejos donde expone que acompañar una caña de cerveza con una pequeña porción de comida puede ser una práctica saludable, siempre que se opte por alimentos bajos en calorías y pobres en grasas.
El consumo de cerveza, como bebida natural, en la dieta Mediterránea
Diversos estudios determinan que la cerveza puede formar parte de la Dieta Mediterránea y que, gracias a su bajo contenido alcohólico y calórico, puede ser un buen acompañamiento en las comidas. De hecho, la cerveza forma parte de la Pirámide de la Alimentación Saludable, principal referente en material nutricional donde se integran todos los alimentos propios de nuestra dieta. Además, las bebidas fermentadas (cerveza, vino y sidra) se incluyen en el texto de la Dieta Mediterránea, considerada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, una evidencia recogida en un artículo publicado en la revista Public Health Nutrition.i
Asimismo, por su composición (es rica en ingredientes naturales como el agua, la cebada y el lúpulo) y su alto contenido en vitaminas y minerales, la cerveza puede producir efectos positivos para el organismo, siempre que sea consumida con moderación por individuos adultos y sanos. En concreto, el elevado contenido en polifenoles (antioxidantes naturales) le otorga un alto poder antioxidante y antiinflamatorio proporcionando efectos protectores sobre el sistema cardiovascular.
Además de desmentir el mito de la barriga cervecera y de mostrar los diferentes beneficios de esta bebida, los datos extraídos de algunas investigaciones determinan la existencia de una relación entre aquellos que consumen cerveza de manera moderada y un estilo de vida saludable. Según las conclusiones del Dr. Ramón Estruch, Consultor del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic, en el estudio "Cerveza, Dieta Mediterránea y enfermedad cardiovascular", los bebedores moderados de cerveza manifestan consumir una mayor cantidad de verduras, legumbres, pescado, cereales y aceite de oliva, además de realizar una mayor actividad física.