El doctor y miembro de la Comisión de Fisioterapia Oncológica y Cuidados Paliativos del Departamento de Salud y Rendimiento Humano de la Universidad Politécnica de Madrid, Alejandro San Juan Ferrer, ha destacado este jueves la importancia del deporte para reducir los efectos secundarios del cáncer, tanto tempranos como tardíos, entre los que se encuentra la fatiga crónica, que es una de las consecuencias más frecuentes en los casos de cáncer.
Así lo ha puesto de manifiesto este experto durante su participación en la ‘I Jornada de Fisioterapia Oncológica y Cuidados Paliativos', organizada por el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), que se celebra en el Auditorio del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
San Juan Ferrer ha hecho hincapié en la fatiga como uno de los efectos secundarios tanto tempranos como tardíos del cáncer, y ha afirmado que "aunque algunos especialistas aún no lo recomiendan, la actividad física es la herramienta principal para romper el ciclo de la fatiga perpetuada, que es uno de los efectos más comunes de los casos de cáncer".
En relación a los beneficios que aporta el deporte en los pacientes oncológicos, el doctor ha recordado que "el programa de ejercicio físico debe ser, en cualquier caso, personalizado y debe desarrollarse antes, durante y después del tratamiento oncológico, para beneficiar la salud, el bienestar y la calidad de vida de las personas".
Sobre la fatiga como efecto directo en los pacientes oncológicos, la experta en fisioterapia oncológica y directora técnica de la Clínica Onconwellness, Marta Gómez Nicolás, que dedicó su ponencia al cáncer de cabeza y cuello, afirmó que "se trata de un tipo de cáncer que aparece por lo general a partir de los 50 años y se manifiesta fundamentalmente en hombres. Además, el tabaco, el alcohol, la infección por el Virus del Papiloma Humano, una dieta alta en grasas, bajo consumo de frutas y verduras (por encima incluso del consumo de grasas) o una mala higiene bucal, son algunos de los factores que pueden producir el desarrollo de esta patología" según explicó la experta.
En concreto, los efectos secundarios que más afectan al paciente y que se tratan desde la fisioterapia son los trastornos funcionales, la pérdida de sensibilidad, los cambios físicos en la cabeza y el linfedema.
Para Gómez Nicolás, "es fundamental, además, preparar o recuperar al paciente antes de la operación, recuperando la musculatura del hombro y del cuello para evitar la atrofia y la debilidad del trapecio , el dolor o la debilidad del hombro, entre otros".
Sexualidad de los pacientes oncológicos
Uno de los ámbitos donde está presente también la fisioterapia en el abordaje multidisciplinar de los pacientes oncológicos es la sexualidad, ya que, como ha explicado Marta Fontanet Sacristán, fisioterapeuta experta en pelviperineologia y codirectora del Centro Sanitario Torresfontanet, "los tratamientos contra el cáncer mejoran la supervivencia, pero ello también hace que aparezcan complicaciones como disfunciones sexuales, lo que sin duda impacta muy negativamente en la calidad de vida". Según ha explicado, el 40% de las mujeres que se someten a tratamientos oncológicos sufren disfunciones sexuales por los efectos secundarios, como atrofias que pueden generar dolor, vaginismo o sequedad. En el caso de los hombres, esta experta ha expuesto que pueden enfrentarse a deformidades en el pene o a disfunción eréctil.
Ante esta situación, Marta Fontanet ha hecho un llamamiento para dejar atrás los tabúes existentes y tratar estos asuntos directamente con los pacientes, "porque muchas veces no saben a dónde acudir" y "las dificultades hacen que en ocasiones se abandone la sexualidad".
En este sentido, ha advertido del "desconocimiento" que existe sobre el papel del fisioterapeuta, cuya función es clave "en la mejora de la movilidad de los pacientes, así como en el estado de los tejidos que influyen en la sexualidad". Así, ha planteado la importancia de poner en marcha grupos de trabajo con todos los profesionales sanitarios, "pues hay que hacer un traje a medida para cada paciente".
Por otra parte, la doctora Ángela Río González, presidenta de la Asociación Española de Linfedema y directora del Centro Fisioterapia Sanamanzana, ha impartido una ponencia en la que ha abordado todas las claves del linfedema, que como ha puesto de manifiesto, es una de las secuelas más frecuentes de los tratamientos oncológicos. Afecta especialmente a mujeres que han sufrido tumores ginecológicos como el de mama o el de cérvix, y a hombres con tumores como el de próstata.
El linfedema, que consiste en que una extremidad aumenta de volumen por retención de líquidos y moléculas, "es crónico, evolutivo, y empeora más si no se trata adecuadamente por parte de un equipo multidisciplinar". A su juicio, el papel del fisioterapeuta es muy importante, debido a la relevancia del ejercicio físico para mejorar la calidad de vida, "que se ve muy afectada". Y es que, según ha relatado esta fisioterapeuta, "tener un linfedema es vivir en una carrera de obstáculos por la cantidad de dificultades que se encuentran estos pacientes. Hay pacientes que incluso tienen problemas para realizar actividades de la vida cotidiana,", sumado a que "los pacientes no reciben la información que deberían".