Con el descenso de las temperaturas y los bruscos cambios de tiempo, las consultas de reumatología ven como aumenta el número de pacientes aquejados de un mayor dolor en las articulaciones.
Desde hace unos años, el comentario "va a llover porque me duelen las articulaciones" tiene base científica. Un estudio elaborado por el Instituto Poal de Reumatología de Barcelona y la Unidad de Salud Articular de Bioibérica Farma confirmaron que las variaciones de presión atmosférica y de temperatura afectan a las personas con artrosis y artritis.
Concretamente, los pacientes con artrosis experimentan un aumento del dolor articular cuando baja la presión atmosférica (por ejemplo, unos días antes de que llueva). En cambio, en los enfermos con artritis reumatoide es la bajada del termómetro la que ejerce un efecto sobre el dolor articular.
Ante la ola de frío polar que está afectando estos días a España, la Dra. Ingrid Möller, reumatóloga y directora del Instituto Poal de Barcelona, recomienda para mejorar los síntomas, "aplicar calor local en la zona de dolor y realizar ejercicio suave, como caminar o nadar, para desentumecer las articulaciones". Por otro lado, recuerda que, además de analgésicos y antiinflamatorios, existen medicamentos específicos para la artrosis que mejoran el dolor y la capacidad funcional del enfermo con un excelente perfil de seguridad.