Más de 4.000 pacientes de España, Italia, Alemania y Francia participan en la primera encuesta paneuropea sobre la alergia a los ácaros del polvo doméstico. El objetivo principal de esta encuesta, promovida por la compañía Stallergenes y cuyos resultados serán conocidos a finales de octubre, es evaluar la prevalencia y el impacto sobre la calidad de vida de una de las formas de alergia respiratoria más comunes, que se manifiesta con especial virulencia en otoño.
Aunque se trata de una alergia perenne, el aumento de las concentraciones de ácaros del polvo doméstico en otoño puede empeorar los síntomas alérgicos, como estornudos, moqueo, congestión nasal, lagrimeo y enrojecimiento de ojos, asma y sensación de falta de respiración. Además, tanto para niños asmáticos como para adultos, la exposición crónica a los alérgenos domésticos está asociada no solo con el riesgo de síntomas respiratorios, sino también con el empeoramiento de la función pulmonar.
Como medidas básicas de prevención el Dr. Antonio Valero, presidente de la Sociedad Catalana de Alergología e Inmunología Clínica, recomienda no acumular polvo en los hogares, que el polvo no pase de las superficies al ambiente cuando se realiza la limpieza (por lo que es necesario utilizar un trapo húmedo y aspirar en vez de barrer) y la utilización de espráis acaricidas, así como fundas especiales antiácaros para almohadas y colchones. En el caso de presentar síntomas hay que acudir siempre al alergólogo, que prescribirá el tratamiento necesario.
Los expertos coinciden en que la inmunoterapia con alérgenos constituye una adecuada opción de tratamiento para los pacientes que sufren alergias respiratorias de moderadas a graves. Es el único método conocido que ataca no solo los síntomas sino la causa de estas alergias. La Organización Mundial de la Salud recomienda la inmunoterapia con alérgenos para los pacientes con rinitis alérgica cuando el tratamiento sintomático es insuficiente para controlar los síntomas o causa efectos secundarios no deseados o cuando el paciente no es capaz de administrarse el tratamiento sintomático. Además de la vía de administración tradicional, que consiste en inyecciones subcutáneas, la vía sublingual tiene un mejor perfil de tolerancia, siendo especialmente apropiada para niños por su facilidad de administración.