13 de julio | Día Internacional del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

En la edad adulta, un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) no tratado triplica el riesgo de desarrollar una adicción

Se estima que el TDAH afecta a entre el 2,5 % y el 4,5 % de la población general
Solo entre el 1 % y el 2 % de los adultos tienen un diagnóstico

Aunque el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) se suele asociar con la infancia y la adolescencia, los síntomas, si no se abordan, "pueden perdurar durante toda la edad adulta", como explica el doctor José Martínez-Raga, miembro del comité ejecutivo de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD). "A partir de muchos estudios de investigación sabemos que las personas con TDAH presentan un retraso de hasta dos años en su desarrollo madurativo y que el tratamiento temprano con medicación posibilita que la maduración cerebral se iguale a la de una persona sin TDAH. Por eso, el diagnóstico lo más temprano posible y el inicio del tratamiento es fundamental para facilitar que los síntomas se atenúen o remitan antes de llegar o al principio de la edad adulta", afirma.

Sin embargo, como añade el experto, la proporción de pacientes diagnosticados de TDAH en la edad adulta es "extremadamente baja". Se estima que el TDAH afecta a entre el 2,5 % y el 4,5 % de la población general, pero solo entre el 1 % y el 2 % de los adultos tienen un diagnóstico, lo que implica que más de la mitad de las personas adultas con TDAH no han recibido un diagnóstico. "Esto es especialmente problemático si consideramos que hasta un 80 % de personas con TDAH tiene otro trastorno psiquiátrico, lo que se conoce como patología dual. El diagnóstico y el tratamiento tempranos posibilitarían atenuar el riesgo de desarrollar otros trastornos o que éstos sean de mucha menos gravedad", afirma el experto.

Entre esos trastornos psiquiátricos destacan por su incidencia las adicciones, ya que, como señala el portavoz de la SEPD, determinados rasgos del TDAH como la impulsividad, la búsqueda de estimulación, la autorregulación deficiente y los problemas de atención y motivación, incrementan el riesgo de que estas personas desarrollen conductas adictivas. "La falta de diagnóstico puede conducir a un inicio más precoz y a un curso más grave en el consumo de sustancias y adicciones, también de juego patológico, con tasas más elevadas de recaídas y de recaídas más graves", sostiene el portavoz de la SEPD, que explica que, a su vez, las adicciones, en un círculo vicioso, "agravan los rasgos propios del TDAH al compartir unas bases cerebrales comunes".

Concretamente, según los datos de diferentes estudios, el TDAH triplica el riesgo de desarrollar una adicción, tanto comportamental como por uso de sustancias, y esas mismas investigaciones muestran que alrededor del 20 % de los pacientes en tratamiento por un trastorno adictivo tendría también TDAH.

"La detección, el diagnóstico precoz y el inicio de un tratamiento lo más temprano posible y acorde a las circunstancias de cada paciente, son fundamentales para mejorar el pronóstico del paciente con TDAH, reducir el riesgo de complicaciones y posibilitar la remisión de síntomas o, al menos, que la repercusión funcional de los síntomas sea menor", concluye Martínez-Raga.