La Clínica Universitaria de Nutrición, Actividad Física y Fisioterapia (CUNAFF), que pertenece a la Universidad de Valencia, ha puesto en macha una Unidad Integral de Tabaquismo, gestionada por la Fundación Lluís Alcanyís.
El objetivo fundamental de esta unidad es facilitar a los fumadores que quieran dejar de serlo una experiencia exitosa en el proceso de cesación mediante un seguimiento médico y un apoyo profesional continuado. En este sentido, la doctora Carmen Saiz, coordinadora de la Unidad de tabaquismo, añade que "la atención personalizada ofrece múltiples ventajas al paciente. Gracias a ella, podemos identificar situaciones de mayor dificultad, atender individualmente el grado de dependencia, ya sea física, psicológica o social; y aconsejar sobre la necesidad de tratamientos".
Son muchos los fumadores que eligen dejar el tabaco recurriendo sólo a la fuerza de voluntad y sin solicitar ayuda médica. Sin embargo, son varios los estudios que demuestran que únicamente el 3% de estos pacientes sigue sin fumar 5 años después. Por eso, los expertos coinciden en señalar que resulta fundamental recibir ayuda por parte de los profesionales sanitarios para que el proceso de cesación tabáquica sea un éxito. De hecho, se sabe que una breve conversación de entre 2 y 5 minutos de duración con el profesional sanitario puede llegar a duplicar las posibilidades de éxito en el proceso de cesación.
En esta unidad para el abordaje del tabaquismo, el paciente fumador puede encontrar respuesta a sus necesidades, ya que está pensada para dejar de fumar y abandonar el tabaco de una manera profesional con métodos que han sido comprobados científicamente.
Con un equipo humano formado por un médico, un psicólogo y diferentes profesionales relacionados con la nutrición y la actividad física; la clínica ofrece al fumador una exploración física y pruebas complementarias, le facilita también un plan de abordaje individual y grupal donde podrá compartir sus experiencias con otras personas que están en su misma situación, talleres de hábitos saludables y control del síndrome de abstinencia, entre otros múltiples servicios. "A través de los distintos servicios que ofrecemos en el centro queremos que el proceso de cesación sea para el paciente un aprendizaje que requiere de esfuerzo, de tiempo y sobretodo de práctica, ya que se trata de aprender a afrontar situaciones sin el recurso del cigarrillo y la nicotina y busca reemplazar conductas inadecuadas por otras saludables", apunta al respecto la doctora Saiz.
"Dejar de fumar es percibido por la persona como un reto a su autoestima y autoeficacia", subraya esta experta en tabaquismo. "Por ello, cuando se logra abandonar el tabaco de forma definitiva y mantenerse abstinente, las personas lo describen como uno de los principales acontecimientos y satisfacciones logrados en su cambio de vida llegando a aportarle, además, una mayor seguridad en sí mismo".
Asistir y ayudar a los fumadores que quieran dejar de serlo es el principal objetivo de esta primera unidad de tabaquismo creada dentro de una universidad, pero también "prevenir el consumo entre los más jóvenes o retrasar la edad de inicio es otra misión que queremos conseguir a través de la información y sensibilización sobre las ventajas de no fumar y la consecuencias perjudiciales asociadas al consumo de tabaco", concluye la doctora Carmen Saiz.
El tabaquismo: una enfermedad
Según los últimos datos publicados en la Encuesta Nacional de Salud, en la actualidad el 24% de la población española afirma que fuma a diario, concretamente este porcentaje aumenta a casi el 28% en el caso de la Comunidad Valenciana.
Un dato que resulta preocupante, puesto que el tabaquismo es considerado uno de los mayores problemas de salud pública vinculado a más de 25 enfermedades, siendo en la actualidad la principal causa de muerte prevenible en el mundo. De hecho, es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) no como un mero hábito, sino como una enfermedad provocando la muerte de más de 50.000 personas cada año en nuestro país y el fallecimiento de seis millones de personas al año en el mundo, de las cuales más de cinco millones se deben al consumo directo del tabaco y más de 600.000 corresponden a fumadores pasivos expuestos al humo del cigarrillo.