Los años no pasan en balde, y menos para nuestra vista. Se estima que alrededor del 10% de la población entre 55 y 64 años sufren actualmente degeneración macular asociada a la edad, una cifra que se dispara al 30% pasados los 75 años. Debido a su incidencia, la degeneración macular se trata de la principal causa de ceguera en las personas mayores de 55 años. A este respecto, el Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO) trabaja en diferentes investigaciones para evitar que la ceguera sea el final al que se enfrenten los enfermos de esta dolencia.
"Los avances científicos que se están dando en los últimos años en el campo de la oftalmología están consiguiendo que enfermedades que hasta hace poco conducían a la ceguera como la degeneración macular sean tratables", señala Iñigo Corcóstegui Crespo, oftalmólogo del ICQO. En el caso de la degeneración macular, los medicamentos que se están utilizando actualmente están consiguiendo frenar el avance de la misma y evitar que un paciente pierda la visión central en unos meses.
Los fármacos que se han testado mejoran la calidad de vida de los pacientes "de manera considerable" porque les permite mejorar su visión. En el caso de las personas que padecen degeneración macular, "una mancha en la parte central del campo visual les impide ver con normalidad, algo que posteriormente se podría traducir en una ceguera", señala Corcóstegui.
Los hábitos de vida, fundamentales
Los factores que llevan al paciente al desarrollo de la enfermedad son conocidos y en un gran número de ellos se deben a los hábitos de la persona. "En la actualidad un estilo de vida saludable y la realización de visitas periódicas al especialista a partir de los 60 años pueden evitar una gran parte de los casos de pérdida de visión". En este sentido, la eliminación del tabaco, el control del peso y el colesterol son fundamentales para tratar de conservar la visión lo mejor posible a partir de los 55 años.