Según el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), en España se registran aproximadamente 4000 muertes anuales asociadas a infecciones causadas por bacterias resistentes, cifra que supera a la de los accidentes de tráfico. Además, España es uno de los países europeos con mayor consumo de antibióticos, situándose por encima de la media de la Unión Europea. En Europa, la cifra de fallecidos por resistencias a los antimicrobianos se sitúa en más de 35.000 personas.
"Estos datos muestran la necesidad de que tanto pacientes como profesionales de las distintas ramas de las ciencias de la salud tomemos conciencia de que la resistencia a los antimicrobianos, es decir, a la capacidad de los microorganismos para eludir la acción de los medicamentos que actúan en su contra, es un problema real y muy importante", señala el Dr. Iban Cachorro, médico internista de IMQ, en el marco de la conmemoración, el 18 de noviembre, del Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos.
Según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, la mayor carga de enfermedad en los últimos años es causada por Escherichia coli resistente a las cefalosporinas de tercera generación, seguida por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina y Klebsiella pneumoniae resistente a las cefalosporinas de tercera generación.
"El uso inapropiado de antibióticos está contribuyendo a que las bacterias se vuelvan resistentes, lo que dificulta el tratamiento de infecciones que antes eran fácilmente curables", apunta el experto.
Diversos estudios indican que hasta el 30 % de las prescripciones de antibióticos en Atención Primaria podrían ser innecesarias. Además, según el Ministerio de Sanidad, el consumo de antibióticos en España es un 50 % superior al de países como Holanda o Alemania.
"Es fundamental que los pacientes comprendan que los antibióticos no son una solución para todas las enfermedades", subraya el Dr. Cachorro. "En el caso de infecciones virales como el resfriado común y la gripe, estos medicamentos no son efectivos. Sin embargo, un porcentaje significativo de la población aún cree lo contrario. Desde las entidades y administraciones sanitarias hemos de seguir haciendo hincapié en una correcta educación sanitaria para un uso prudente de los antibióticos".
Una encuesta del Eurobarómetro revela que el 47 % de los españoles cree erróneamente que los antibióticos son efectivos contra los virus. Además, el 20 % admite haber tomado antibióticos sin prescripción médica en los últimos doce meses.
"Si actuamos ahora, podemos evitar que para el año 2050, como advierten algunos estudios, las infecciones por bacterias resistentes causen más de 10 millones de muertes anuales en todo el mundo, superando las producidas por el cáncer", destaca el especialista.
El Dr. Cachorro da una serie de pautas para un buen uso de los antibióticos: "en primer lugar, sólo se deben tomar antibióticos cuando es necesario y han sido recetados por un médico. Sólo un médico puede establecer un diagnóstico correcto y decidir si un caso concreto requiere tratamiento antibiótico".
En los casos de resfriado o gripe, "si el médico determina que no son necesarios los antibióticos, es importante que el paciente se cuide adecuadamente para recuperarse. En la mayoría de los casos, el sistema inmunitario es capaz de combatir las infecciones leves. Tomar antibióticos no favorece la recuperación ni evita la difusión de los virus a otras personas". No obstante, si los síntomas no mejoran o empeoran en el plazo indicado por el médico, es conveniente regresar a la consulta para ser examinado de nuevo.
En el caso en que, a causa de una determinada enfermedad se hayan recetado antibióticos, se han de seguir las instrucciones del médico para minimizar el riesgo de desarrollar bacterias resistentes, haciendo un uso responsable de los mismos.
Si no se siguen las instrucciones correctamente, "es decir, si por ejemplo, se acorta la duración del tratamiento o se toma una dosis menor o no se toman los antibióticos en los momentos correctos que haya prescrito el médico, las bacterias pueden adquirir resistencia a los antibióticos", destaca Cachorro. "Las bacterias resistentes pueden quedarse en el organismo y también pueden transmitirse a otras personas. Esto expone al paciente y a otras personas al riesgo de que, en sus respectivos casos, los antibióticos no sean eficaces la próxima vez que sean necesarios a causa de una nueva enfermedad".
Por último, el internista recuerda que no se deben usar los antibióticos sobrantes tras un tratamiento y la necesidad de deshacerse de ellos de manera correcta, aconsejando realizar revisiones periódicas de los botiquines caseros. "Todos los restos de medicamentos caducados o no utilizados y sus envases deben llevarse al Punto SIGRE que se encuentran en las farmacias adheridas a la recogida establecida. Estos deben ir acompañados de los envases que han estado en contacto con el medicamento (frascos, blísteres, tubos, aerosoles, ampollas, etc.), aunque estén vacíos, ya que también deben ser tratados de forma específica. Además, para poder identificar los distintos tipos de medicamentos y darles un correcto tratamiento, deben aportarse al Punto SIGRE dentro de su caja de cartón y con su prospecto".