El síndrome metabólico es, actualmente, uno de los principales problemas de salud pública el siglo XXI. Caracterizado por la presencia de obesidad abdominal, hipertensión arterial y trastornos en los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre es, con frecuencia, la antesala de la aparición de la diabetes, que sigue aumentando cada día en todo el mundo. De hecho, este síndrome se asocia a un incremento de cinco veces la aparición de diabetes tipo 2 y de hasta dos o tres veces en el caso de la enfermedad cardiovascular (ECV).
Con la intención de realizar una puesta al día de los tratamientos para la diabetes y obesidad y centrarse en aspectos concretos como el control del colesterol, la osteoporosis o las afecciones del pie diabético, se celebra en Barcelona la XII Reunión de Diabetes y Obesidad de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que congrega, en esta ocasión, a más de 650 especialistas en la materia.
El Grupo de Diabetes y Obesidad de la SEMI presenta también, con motivo de esta cita, sus estudios y registros vigentes, que son amplios y variados. Tal y como explica el doctor Francisco Javier Ena Muñoz, coordinador del Grupo de Diabetes y Obesidad de la SEMI, "tenemos en marcha un registro sobre el control de la diabetes en el ámbito hospitalario que ofrece recomendaciones para reducir el riesgo de hipoglucemias; un documento cuyo objetivo es conseguir la reducción de los reingresos en el hospital; y estamos analizando el efecto de diversas combinaciones de fármacos para la diabetes sobre el control de la presión arterial".
Así, tal y como expone el doctor, son muchas las enfermedades asociadas a esta patología, destacando, entre otras, el denominado `pie diabético´, "una de las complicaciones más frecuentes que sufren los pacientes con diabetes tipo 2 y que provoca la aparición de infecciones que pueden progresar hasta la gangrena y la amputación", incide el especialista.
Además, "España es el segundo país del mundo, por detrás de Estados Unidos, con más amputaciones de miembros inferiores a causa de la diabetes tipo 2, que impide la normal cicatrización de las heridas. Ello implica que la diabetes es la causa más frecuente de amputación no traumática de la extremidad inferior en España, pues siete de cada diez casos se deben a esta patología", señala el experto.
Pero esta patología no es la única que sufren los pacientes con diabetes tipo 2; así, entre un 24-40% padece como enfermedad asociada la nefropatía diabética, que supone la pérdida progresiva de la capacidad de filtración del riñón. "Ello repercute, además, en que los pacientes con diabetes y enfermedad renal presentan mayor riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares, tales como el ictus o la muerte de causa cardiovascular, a la vez que condiciona la selección de los fármacos que se pueden administrar para tratar la diabetes", argumenta el doctor.
Nuevo Consenso de Sociedades: diabetes en el paciente anciano
Los pacientes de avanzada edad suelen ser más frágiles a la hora de su abordaje para el control de la diabetes y del resto de enfermedades que pueden acompañarla, tales como la insuficiencia cardiaca, el infarto de miocardio, la insuficiencia renal o la demencia. Es más, tal y como aclara el experto, "en algunos casos las hipoglucemias –bajo nivel de azúcar o glucosa en sangre- pueden acelerar la gravedad de la demencia o provocar la presencia de arritmias llegando incluso hasta la muerte".
Por ello, es esencial llevar un adecuado control de la diabetes, ya que de lo contrario los pacientes ancianos que se encuentren especialmente cansados pueden presentar, además, alteraciones visuales y caídas. Algo similar sucede con la desnutrición en estos pacientes de edad avanzada, ya que prolonga el tiempo de recuperación por la pérdida de la masa muscular y aumenta el riesgo de padecer infecciones, lo que implica que tiene que estar especialmente vigilada por los profesionales sanitarios.
"Eso es, precisamente, lo que buscamos con la creación de un `Nuevo Consenso de Sociedades´, una atención óptima de los pacientes ancianos que padezcan diabetes; además de actualizar y poner en común las novedades relativas a los tratamientos de la diabetes tipo 2 en estos pacientes", afirma el doctor Francisco Javier Ena Muñoz. Este consenso ha sido presentado bajo el título "¿Qué ha cambiado en el tratamiento de la DM2 en el paciente anciano? Nuevo Consenso de Sociedades", a cargo del doctor Ricardo Gómez Huelgas, vicepresidente primero de la SEMI; dentro de la mesa redonda sobre la "Actualización en diabetes y obesidad".
Obesidad, enfermedad metabólica más prevalente del mundo
Por su parte, la obesidad es la enfermedad metabólica más prevalente del mundo y supone en la actualidad una de las principales causas de morbimortalidad. A ello contribuye en buena parte el aumento del consumo de grasa en la dieta y a un tipo de vida más sedentario, que ha conllevado que, en los últimos 20 años, la población infantil y juvenil con sobrepeso y obesidad sea cada vez mayor.
Por ello, "tanto la población general como la Administración Pública deben tener presente que la prevención de la obesidad infantil debe ser una prioridad para evitar sus consecuencias. Si no se actúa, estos adolescentes obesos se incorporarán en un futuro próximo a la edad adulta, aumentando la población en riesgo de sufrir complicaciones de la obesidad como diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, cáncer o artrosis", comenta el experto.
"Para evitarlo es muy importante que exista un aumento de los conocimientos de dietética y nutrición a nivel escolar. La labor de los educadores y de la familia resulta clave para mejorar los hábitos dietéticos y el ejercicio físico", añade el especialista.
Además, existen otras enfermedades relacionadas con la obesidad, como el déficit de vitamina D (que ya cuenta con una alta prevalencia entre la población general española) o el riesgo de fractura en pacientes con osteoporosis, debido a la dificultad en su movilización y al aumento del número de caídas de pacientes obesos.
"Hay evidencia de que en las mujeres postmenopáusicas con obesidad existe un aumento del riesgo de fractura de húmero y de fracturas osteoporóticas de tobillo, mientras que en los varones aunque siguen un patrón similar, hay menos estudios disponibles", concluye el doctor.