Con la llegada del verano, la predisposición a sufrir de hemorroides aumenta, ya que el calor es un factor vasodilatador. Además son muy frecuentes, ya que se estima que entre el 30 y el 50% de la población adulta las ha padecido en algún momento de su vida y tienen su mayor incidencia entre personas de 45 a 65 años. Las hemorroides afectan a la calidad de vida de aquellos que las padecen al ser muy molestas y dolorosas. La homeopatía puede ser un tratamiento de utilidad a la hora de abordar dichos síntomas.
Con el calor, se produce una mayor dilatación e inflamación de las almohadillas formadas por los vasos sanguíneos que rodean el canal rectal y que originan la aparición de las hemorroides. Pero, también, los cambios en los ritmos y en los hábitos alimenticios propios de la temporada estival favorecen el desarrollo de patologías del tracto intestinal. En esta línea, otro de los principales causante de las hemorroides en esta época del año es el estreñimiento. Otros factores que predisponen a padecer esta afección son la herencia genética, el sobrepeso y el sedentarismo. También aumenta su aparición durante el embarazo y el parto.
Los síntomas asociados a esta afección dependen de cada caso, aunque entre los más comunes se encuentran el dolor, el sangrado y el prurito. Para hacer frente a ellos, los medicamentos homeopáticos son un aliado, ya que existen diferentes opciones y en diversas formas, pomada o supositorio.
La homeopatía es de utilidad con la ventaja de que, por su seguridad y compatibilidad con otros tratamientos, se aconsejan en todo tipo de pacientes, incluso en mujeres embarazadas. Además, los medicamentos homeopáticos ofrecen una efectividad global con una combinación adecuada y evitan la aparición de efectos adversos locales como las reacciones alérgicas, la irritación de la piel y el picor en la zona y las palpitaciones.
Adicionalmente, la mayoría de los pacientes pueden mejorar las molestias con determinadas medidas higiénico-dietéticas. Por ello, para favorecer el tránsito intestinal, es recomendable llevar una dieta rica en fibras naturales y abundantes líquidos y evitar sustancias irritantes y vasodilatadoras como los picantes, especias, alcohol, exceso de sal, chocolate, ácidos o café.
Otra medida para aliviar la sensación de picor e inflamación local son los baños de contraste, alternando agua templada y agua fría. Estos resultan efectivos, junto con una higiene local adecuada.
Asimismo, es conveniente realizar regularmente ejercicio aeróbico, como correr, nadar o hacer pilates, puesto que mejora la circulación y el tono venoso así como el tránsito intestinal. La carga deportiva ha de ser acorde con la condición física y la edad y es recomendable evitar ciertas prácticas como el ciclismo o la equitación, que están contraindicados debido a que son actividades en las que la zona afectada se ve sometida a presión lo que puede provocar más dolor e inflamación.