Estimulación temprana

El objetivo de la estimulación temprana en el niño es el desarrollo de sus funciones cerebrales en beneficio de lo intelectual, físico y sus afectos. Lo ideal es que los padres comiencen este estímulo desde que son bebés para aprovechar al máximo toda su capacidad de aprendizaje.

Esta estimulación temprana se realiza mediante juegos, actividades, ejercicios y otros recursos. Siempre es importante que los padres aclaren todas sus dudas ante un especialista que oficiará de guía.

Los padres son los que deciden cuándo empezar esta estimulación temprana y si esta estimulación será diaria o no. Sin embargo, cuanto antes se comience será mejor ya que la flexibilidad del cerebro disminuye con la edad. Cuanto antes se comience con ella, mejor será la rspuesta en las diferentes etapas del desarrollo. Para esto, debemos reconocer e incentivar el potencial que cada niño posee y que es al mismo tiempo diferente en cada niño.

Es importante resaltar que en los niños de hasta tres años de edad el desarrollo neuronal alcanza su máximo nivel. A los tres años, este desarrollo neuronal comienza a disminuir hasta su total eliminación que es a los seis años. A esta edad, los mecanismos de aprendizaje pasan a ser parecidos a los de una persona adulta, ya que sus conexiones neuronales han terminado de formarse.

Aparte de las actividades que se realizan con los niños para su oportuna estimulación, el ambiente en que son realizadas también es importante y no puede dejar de mencionarse: el lugar debe ser pacífico, debe predominar la paz, la tolerancia y la unión de las personas que están con el bebé. De no ser así, el bebé no podrá concentrarse, como corresponde, para asimilar lo que se le está enseñando. El niño debe sentir el apoyo de los padres.

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