La farmacéutica Boehringer Ingelheim ha presentado en el Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid) el proyecto QUICK. A través de este programa se pretende evaluar el sistema de atención sanitaria al ictus y comprobar si el manejo de los pacientes con sospecha de ictus es el correcto para detectar posibles retrasos en su atención. En una segunda fase se trabajará para corregir estos retrasos.
Una iniciativa analizará el sistema de atención sanitaria al ictus
El programa se llevará a cabo en ocho centros hospitalarios españoles: el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, el Hospital La Paz de Madrid, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, el Hospital Vall Hebrón de Barcelona, el Hospital Trias y Pujol de Barcelona, el Hospital La Fe de Valencia, el Hospital Navarra y el Hospital Clínico Santiago de Galicia.
Cada uno de estos centro reclutará durante un período de dos meses a 25 pacientes que acudan o sean trasladados con un proceso de ictus activo. El objetivo es medir el intervalo de tiempo en cuanto al manejo del paciente en cada paso del proceso e identificar las áreas de mejora de todo el proceso de gestión.
Se estima que más del 70 % de los pacientes que sufren un ictus isquémico no reciben tratamiento temprano en las cuatro horas siguientes al comienzo de los primeros síntomas, por no llegar dentro de este espacio de tiempo a una unidad especializada de un centro hospitalario. Este retraso es causa del aumento del número de pacientes dependientes y discapacitados tras sufrir un ictus.
En España, ya está desarrollado un sistema de atención sanitaria al ictus que permite que los pacientes acudan de forma rápida a un hospital. Sin embargo, aún hay pacientes que no se benefician de este tipo de atención por no saber reconocer a tiempo los síntomas de un ataque cerebral y retrasarse, por tanto, en solicitar ayuda al servicio de urgencias.