Investigadores del Instituto de Investigación Vall d'Hebrón (VHIR) han participado en el mayor estudio genético sobre ictus realizado a nivel mundial. El trabajo ha estudiado el código genético de más de 72.000 personas y concluye que la clasificación de los ictus según su causa va más allá de la propia enfermedad y se traduce también en claras diferencias genéticas entre los tres subtipos de ictus isquémicos conocidos.
Estos hallazgos tendrán, a la larga, un gran impacto clínico, pues cambian la forma de ver el ictus pero, sobre todo, son la puerta de acceso a la búsqueda de dianas terapéuticas específicas para cada uno de estos subtipos. El estudio se ha publicado en la revista The Lancet Neurology.
El hecho de que se demuestre que, a nivel genético, estos tres subtipos de ictus parecen tres enfermedades diferentes abre un nuevo abanico de posibilidades diagnósticas y terapéuticas.
Según explica el Dr. Joan Montaner, director del Laboratorio de Investigación Neurovascular y Coordinador del Área de Neurociencias del VHIR, "si las causas de un ictus cardioembólico, lacunar o aterotrombótico son diferentes y, por lo tanto, necesariamente también lo son los mecanismos causales y se añade que genéticamente están claras las diferencias, los neurólogos debemos preguntarnos si estamos realmente ante una misma enfermedad. Quizás el ictus, tal y como lo conocemos hasta hoy, no es propiamente una enfermedad, sino un síndrome y es una manifestación clínica de diferentes procesos de origen aterotrombótico, lacunar o cardioembólico".