Según un estudio publicado en American Heart Journal, dormir a una altitud superior a los 1.200 metros antes de ascender una montaña puede reducir el riesgo de sufrir muerte súbita.
Las personas que tengan previsto realizar montañismo deben someterse a un examen médico previo
Los montañeros presentan un riesgo mayor de sufrir muerte súbita. Entre el 25 % y el 30 % de las muertes asociadas al montañismo corresponden a muerte súbita cardiaca. El índice de mortalidad asociada a las actividades de montaña es alto si se compara con el de otros deportes de riesgo.
A partir de los 1.500 metros de altitud, y especialmente en altitudes superiores a los 3.000 metros, el organismo entra en situación de hipoxia en la que aumenta la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial. Consecuentemente, aumenta el consumo miocárdico de oxígeno y el riesgo de un accidente coronario agudo o arritmias.
Por ello, la Fundación Española del Corazón (FEC) recomienda a las personas que tengan previsto realizar una actividad de este tipo, someterse a un examen médico previo, ya que al subir la montaña, podrían surgir complicaciones cardiacas. Además, recuerda que este tipo de deportistas debe cuidar de forma especial su nivel hidratación y descansar con frecuencia.