La alimentación de las Salud de la mujeres durante el embarazo puede influir en el riesgo de sus hijos de desarrollar obesidad incluso después de varios años debido a las alteraciones en su ADN. Según los resultados de una investigación publicados en la revista Plos One, la reducción calórica en un 20% (unas 400 kilocalorías) de las embarazadas es suficiente para que se produzcan alteraciones metabólicas en el feto que repercutirán en la época adulta.
Por tanto, los especialistas recomiendan que las medidas para prevenir la obesidad infantil deben estar dirigidas a mejorar la nutrición de la madre y el desarrollo de su hijo en el útero. La obesidad es un problema de primer orden en España. El abandono de la dieta mediterránea, junto a un mayor sedentarismo son las causas principales del aumento de la obesidad infantil. Es esencial el control de la obesidad ya que es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares e, incluso, la esperanza de vida de las personas obesas puede disminuir por las patologías asociadas.
Los expertos recomiendan que la dieta de la embarazada sea equilibrada, con un aporte proteico y energético suficiente, que incluya productos de origen animal y vegetal. El embarazo exige un aporte energético equilibrado, en cuanto a calidad y cantidad, que asegure un desarrollo fetal normal e impida el consumo de las propias energías maternas.