Según dos estudios dirigidos por expertos miembros de SEPAR y del CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES), perteneciente al Instituto de Salud Carlos III, el tratamiento de la apnea del sueño mediante presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) protege de desarrollar hipertensión o de padecer accidentes cardiovasculares. Las personas que sufren apnea del sueño y no siguen tratamiento tienen un claro riesgo de desarrollar hipertensión arterial sistémica o de sufrir un accidente cardiovascular (infarto, ictus).
Los diferentes estudios realizados han evaluado el efecto que tiene el tratamiento con CPAP en pacientes con apnea. Ambos resultados muestran una reducción significativa de la presión arterial, especialmente en los pacientes con apnea severa. Existe un aumento significativo en la incidencia de enfermedades de origen cardiovascular entre los pacientes con apnea sin un tratamiento completo, en comparación con los tratados eficientemente. La apnea obstructiva del sueño es una enfermedad causada por el colapso de la vía aérea superior durante el sueño, lo que supone asfixia transitoria.
Estos acontecimientos conducen a la excitación cerebral, la hipoxemia intermitente, una mala calidad de vida y alteraciones metabólicas. Numerosos estudios han demostrado la relación directa de la apnea y sus consecuencias con la hipertensión. Sin embargo, la utilización de tratamientos de presión continua (CPAP) ayuda a corregir dicha obstrucción durante el sueño, mejorando la somnolencia diurna y la calidad de vida de los pacientes.
Otro de los efectos producido por el uso de este tipo de tratamientos se encuentra en la reducción de la presión arterial, hecho que disminuye el riesgo de sufrir hipertensión o accidentes cardiovasculares.