V Jornada de Historia de la Enfermería ‘Koldo Santisteban Cimarro', organizada por el Colegio de Enfermería de Bizkaia

La asistencia voluntaria al soldado herido en las guerras ha marcado un devenir histórico de la profesión enfermera

La Guerra de Crimea, las Guerras Carlistas, el Desastre de Annual y el desembarco de Alhucemas en la Guerra del Rif marroquí y la Guerra Civil española, son algunas de las contiendas que marcaron fuertemente el camino de la enfermería moderna

"El fenómeno histórico y social que es la guerra, siempre en el ADN de la humanidad por desagradable que sea, ha marcado poderosamente el devenir de la enfermería moderna a través de la asistencia voluntaria al soldado herido". Así lo ha expuesto Manuel Vitoria Ortiz, catedrático de la facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) durante su ponencia "Evolución de la asistencia sanitaria registrada en los últimos años, con un enfoque enfermero". El conferenciante ha sido el primero en intervenir en la quinta Jornada de Historia de la Enfermería ‘Koldo Santisteban Cimarro', organizada en Bilbao por el Colegio de Enfermería de Bizkaia. La jornada ha sido inaugurada por María José García Etxaniz, presidenta del Colegio de Enfermería de Bizkaia (CEB) y conducida por Javier González Caballero, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio.

Si la Guerra de Crimea (1853-1856) marcó para siempre, gracias a la actuación de Florence Nightingale, los comienzos de la enfermería profesional y moderna, en España, ocurrió algo parecido en sucesivos conflictos bélicos, e incluso de manera más temprana. Así, el catedrático señaló, "como hechos históricos que lo confirman. La atención sanitaria prestada en las Guerras Carlistas —que comenzaron en 1833— y el sitio de Bilbao (Zumalacárregui y los auxiliares), la Guerra del Rif en Marruecos con el Desastre de Annual y el Desembarco de Alhucemas, y la postguerra hospitalaria de la Guerra Civil española (1936-1939), con los hospitales de sangre".

Para Manuel Vitoria Ortiz, en aquel entonces, "el enfermero actuaba asistencialmente, mayoritariamente amparado y dirigido por médicos, careciendo de una formación reglada y específica en la materia. Paulatinamente, estos enfermeros fueron aprendiendo el oficio por contacto con el enfermo y por su relación y dirección médica. Su colaboración fue muy necesaria y fundamental en la sanidad hospitalaria de aquella época".

Según comentó, "los hospitales básicos de referencia en el norte peninsular por aquellos años eran el Hospital de Basurto (Bilbao) y el de Valdecilla (Santander). Los enfermos eran pacientes heridos con secuelas mayoritariamente de guerra, amputados con infecciones purulentas, falta de antibióticos, carencia de higiene, tuberculosis galopante y septicemias generalizadas con muertes diarias muy frecuentes, atendidos por los pocos médicos del momento y las omnipresentes monjas de diversas órdenes religiosas, con nula formación técnica, que era suplida por el talante religioso caritativo de su orden hospitalaria".

¿La Enfermería Familiar y Comunitaria está en crisis?

Ana Isabel Rincón Mayor, enfermera del Punto de Atención Continuada de Sestao intervino también en la jornada, haciendo un repaso con enfoque enfermero al primer nivel asistencial. En su alocución, desde una visión personal y crítica, se cuestionó el desarrollo historiográfico y la situación actual de la Enfermería Familiar y Comunitaria en Bizkaia. "Desde la Conferencia de Alma Ata de 1978 donde se definió la atención primaria y, en España, desde 1985 cuando se publicó el decreto de creación de la atención primaria, se explican estos inicios, que fueron convulsos y emocionantes. En aquel tiempo, el País Vasco estaba en crisis, con una brutal reconversión industrial y la irrupción de drogas como la heroína y enfermedades infecciosas como el sida entre la población joven, que una recién nacida Osakidetza intentaba atender".

Según comentó, "gracias al voluntarismo se iniciaron los programas educativos de salud y el apoyo de parte de la jefatura. Luego, la ‘Ley Azkuna' de 1995 y el establecimiento del contrato programa cambiaron la perspectiva profesional. Recientemente, con la aparición de las organizaciones sanitarias integradas (OSI) se ha apuntalado la vuelta al hospital-centrismo".

Desde el año 2013 la enfermería dispone "del reconocimiento oficial, con la primera promoción de enfermeros internos residentes de la especialidad de Familiar y Comunitaria. El reto que se presenta para estas nuevas profesionales, ahora que las enfermeras que comenzaron estos proyectos están cansadas o en camino de la jubilación, es volver a centrar a la enfermería en su campo específico de promoción y prevención de la salud de la comunidad".

Lo particular y lo general

Una visión más personal, desde lo profesional, como enfermera del Centro de Salud de Leioa, fue expuesta por Eguzkiñe Gallastegi Lete (tesorera del CEB), con una ponencia con el título "Yo, enfermera", en la que desgranó los diversos destinos asistenciales recorridos en toda una vida entregada a la profesión de enfermería. La enfermera aportó una visión más personal y humanista de la influencia de los distintos cambios que ha experimentado esta disciplina de la salud en los últimos cuarenta años.

El último de los ponentes en intervenir fue Javier Rodríguez Rodero, del cuerpo de inspectores de la Seguridad Social, responsable de atención al ciudadano en la Delegación Territorial de Bizkaia del departamento de Salud del Gobierno vasco. El también presidente de la Comisión de Deontología del CEB habló, como testigo directo, del paso del Instituto Nacional de Previsión a la Osakidetza actual, conferencia con la que se dio por concluida la jornada.

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