Según ha indicado la Sociedad Española de Arterioesclerosis (SEA) en el marco del II Symposium Nacional de Hipertrigliceridemias, la hipertrigliceridemia es un marcador de riesgo cardiovascular, es decir, una concentración elevada identifica a un grupo de personas con un mayor riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares futuros.
Los triglicéridos elevados con frecuencia se asocian a otros factores de riesgo, como la obesidad, la diabetes o a tener un colesterol-HDL bajo, por ello, el riesgo cardiovascular es muy alto.
Las causas mas frecuentes de hipertrigliceridemia son la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y la diabetes. Otras causas menos frecuentes son el consumo de determinadas medicinas, una dieta muy rica en grasas y en azúcares y las enfermedades del tiroides. En un porcentaje importante de casos no se descubre ninguna causa y el problema es probablemente genético, aunque es muy frecuente que se mezcle un problema genético con un problema de otro tipo.
El tratamiento de la hipertrigliceridemia debe abordarse calculando el riesgo cardiovascular global y el colesterol no-HDL. En caso de hipertrigliceridemia grave, deberá instaurarse siempre el tratamiento con un fármaco que disminuya los niveles de triglicéridos plasmáticos, para tratar el riesgo cardiovascular y el riesgo de pancreatitis, una inflamación grave del páncrea.
Los ácidos grasos omega-3 de prescripción son unos hipertrigliceridemiantes potentes, bien tolerados, sin efectos secundarios y que pueden asociarse a otros fármacos sin que interactúen con ellos.
Estos pacientes requieren un seguimiento a largo plazo que contribuya a mantener unos hábitos de vida saludables y un peso corporal adecuado. En esta labor es esencial el papel de Atención Primaria.