La exposición a contaminantes como el plomo o el arsénico se asocia con mayor riesgo de enfermedad coronaria y con diabetes. La contaminación ambiental no solo está relacionada con la incidencia del cáncer. El Centro Nacional de Epidemiología (CNE) y la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) han dedicado la sexta edición de su jornada anual a la salud ambiental y a los efectos que tiene el entorno en el que se vive sobre la población y sobre su calidad de vida.
En un momento en el que la contaminación empieza a condicionar el día a día de los ciudadanos como se está viendo en Madrid, se hace necesaria investigación y trabajo conjunto para luchar contra estos condicionantes. Así lo ha destacado la doctora Ana Navas, que ha sido la encargada de pronunciar la conferencia de este encuentro entre el CNE y la SEE.
Ana Navas es catedrática en el Departamento de Ciencias de la Salud Ambiental en la Universidad de Columbia, Nueva York. Su trabajo investiga los efectos a largo plazo de los contaminantes ambientales incluyendo sus interacciones genéticas y epigenéticas, así como el desarrollo de intervenciones efectivas para reducir las exposiciones ambientales involuntarias.
En su intervención, ha afirmado que la lucha contra la contaminación ambiental "debería ser una prioridad de salud pública porque afecta a todo el mundo por igual". Asimismo, ha dicho que como científicos "tenemos una responsabilidad para servir a la sociedad y a las poblaciones que lo necesitan para dar respuesta a las necesidades y liberarles de esa situación". Ha denunciado las desigualdades que existen entre las distintas zonas del mundo, "hay muchas poblaciones que no tienen acceso a agua sin arsénico, y en otros, los pozos no se instalan de forma equitativa sino por intereses de otro tipo, más relacionados con los poderes políticos".
La doctora Navas ha hablado de las exposiciones a metales como el plomo o el arsénico y la contaminación del aire. "El arsénico, por ejemplo, a través del agua y la dieta se asocia con mayor riesgo de enfermedad coronaria y con diabetes", ha dicho. También ha recordado que, durante años, "todos estuvimos expuestos al plomo de la gasolina". Además de que la contaminación ambiental se relaciona con mayor riesgo de calcificación de las arterias coronarias, una condición que predice el riesgo de infarto.
En sus trabajos de investigación con diferentes comunidades en distintos países, Ana Navas reclama dar un paso más para la acción y evaluar posibles estrategias para reducir la exposición a contaminantes y los beneficios para la salud de estas intervenciones. "El objetivo debe ser favorecer el paso a la acción y proteger a la población de los efectos nocivos de la contaminación ambiental, protegiendo especialmente a las poblaciones más vulnerables", ha señalado.
Entre los estudios que ha mencionado, ha hecho referencia al estudio MESA (Multi Ethnic Study of Atherosclerosis and Air Pollution), sobre la asociación entre la polución ambiental y la calcificación de las arterias coronarias. Ha explicado cómo entre 1970 y 2010 se habían prevenido en Estados Unidos más de un millón de muertes por enfermedad cardiovascular. Unas cifras y unas fechas que coinciden con la prohibición del uso del plomo, algo que afectaba a todo el mundo, un contaminante que se extendía a través del humo de los coches.
La doctora Ana Navas es licenciada en Medicina por la Universidad de Granada, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública (Hospital La Paz, Madrid), máster en Salud Pública por la Escuela Nacional de Sanidad y doctora en Epidemiología por la Universidad John Hopkins.
Colabora con grandes cohortes de enfermedad cardiovascular en Estados Unidos (Strong Heart Study en poblaciones nativas americanas y Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis –MESA- en poblaciones urbanas) y con ensayos clínicos que evalúan los beneficios para la salud de la eliminación de la exposición a metales (Trial to Assess ChelaAon Therapy 2 y el Strong Heart Water Study -SHWS).