Según un estudio de la Universidad de Harokopio en Atenas (Grecia) que se publica en la revista Journal of the American College of Cardiology, la dieta mediterránea actúa sobre los factores de riesgos del síndrome metabólico, influyendo sobre sus componentes individuales, por ejemplo sobre la circunferencia de cintura, los niveles de colesterol HDL, los triglicéridos, la presión sanguínea y el metabolismo del azúcar.
La dieta mediterránea es una de las más conocidas y se ha asociado con una menor mortalidad de todo tipo, menores riesgos de enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, obesidad y algunos tipos de cáncer. Además, tiene efectos beneficiosos sobre la grasa abdominal, los niveles de lípidos, el metabolismo de la glucosa y los niveles de presión sanguínea, que son también factores de riesgo del desarrollo de enfermedad cardiovascular y diabetes.
La prevalencia del síndrome metabólico ha aumentado de forma rápida en todo el mundo, en combinación con el aumento de la incidencia de la diabetes y la obesidad. Los efectos antioxidantes y antiinflamatorios de la dieta mediterránea al completo, así como los efectos de los componentes individuales de la dieta, y en especial del aceite de oliva, las frutas y vegetales, los cereales integrales y el pescado influyen positivamente sobre el síndrome metabólico. Según este estudio, el seguimiento de la dieta mediterránea, complementado con un estilo de vida activo son fundamentales en la prevención del síndrome metabólico.