Los tratamientos de ortodoncia son una opción cada vez más extendida para realizar correcciones en la colocación de los dientes tanto por razones de salud como de estética, pero lo cierto es que la demanda de estos servicios por este segundo motivo ha aumentado en los últimos años. Según el último Estudio de Salud Bucodental de Sanitas, uno de cada cuatro adultos españoles señala esta razón como el motivo principal para visitar al dentista.
La ortodoncia se utiliza, en líneas generales, para resolver problemas en la mordida y supone el 29% de los tratamientos requeridos en odontología. El ortodoncista es quien diagnostica al paciente si necesita un tratamiento de ortodoncia, qué tratamiento necesita en cada caso y si debe acompañarse de extracción de piezas o intervención quirúrgica. Los tratamientos de ortodoncia han evolucionado y se han refinado, con tratamientos como los alineadores invisibles, la opción preferida para un 14% de la población, cuyo uso pasa prácticamente desapercibido.
Habitualmente, tienen una duración media de entre 8 y 12 meses, en caso de apiñamiento o maloclusiones, y de hasta 3 años para correcciones graves. La duración también puede variar en función de factores como el problema a tratar o la edad, siendo más adecuado tratar estos problemas en la infancia, es decir mientras haya crecimiento, que en la etapa adulta.
Existen dos tipos de tratamientos de ortodoncia, interceptivos y correctivos. Los primeros son tratamientos preventivos enfocados a corregir malos hábitos que podrían interferir en el crecimiento normal de la cara y los maxilares, cuando los dientes aún se encuentran en desarrollo. Los correctivos, por su parte, están indicados en pacientes con problemas de maloclusión consolidados y pasan por la colocación de un aparato. Hay tres tipos:
- Ortodoncia funcional: este tipo de aparatos suelen usarse básicamente durante la dentición mixta. Son unos aparatos removibles diseñados para alterar la posición de los músculos e influir sobre la función y posición de la mandíbula. Al cambiar la posición y fuerza muscular se pueden producir cambios dentarios.
- Ortodoncia removible: son aquellos aparatos de corrección que van sujetos de manera firme a las encías pero que pueden ser extraídos para su limpieza. Estos aparatos aplican fuerza controlada sobre zonas específicas que se desean desplazar mediante el uso de resortes, arcos, tornillos, etc. Están indicados para las mordidas cruzadas, el apiñamiento leve o movimientos dentarios muy específicos.
- Ortodoncia fija: se realiza con elementos que se adhieren a los dientes (bandas y brackets) que sostienen un arco que se encargan de fijar los desplazamientos necesarios para conseguir el objetivo. Para mejorar la eficacia del tratamiento, se puede acompañar con la colocación de gomas o elásticos intermaxilares o bien con aparatos extraorales. Este tipo de corrección está indicada para aquellos pacientes con malposición dentaria, dientes rotados, cierre de espacios, corrección de incisivos y movimientos múltiples (en una o ambas arcadas).