El porcentaje de mujeres que utiliza la anticoncepción hormonal en España se sitúa alrededor del 20 por ciento, mientras que el preservativo es usado por el 40 por ciento de la población. Si el uso de la anticoncepción hormonal se compara con los países europeos, España se sitúa a la cola, siendo la falta de formación en esta área la asignatura pendiente de las españolas. Así lo han puesto de manifiesto los expertos que se han dado cita en el "Curso Pre congreso: Actualización y controversias en anticoncepción hormonal combinada", celebrado en el marco del XII Congreso de la Sociedad Española de Contracepción y que ha contado con la colaboración de Teva Woman Heatlh.
Para contribuir con una correcta formación a la usuaria, "es muy importante facilitar esta formación en anticoncepción en primer lugar a los profesionales sanitarios, de manera que se comprometan con la asistencia anticonceptiva. Por eso, el objetivo de este curso es la puesta al día sobre los aspectos más novedosos en anticoncepción entre médicos de Atención Primaria y residentes de la especialidad de Ginecología", explica el Dr. José Vicente González Navarro, presidente de la Sociedad Española de Ginecología.
¿Por qué existe un porcentaje tan bajo del uso de anticonceptivos hormonales en España? Según el Dr. González Navarro, "no cabe duda de que influye el miedo a utilizar tratamientos hormonales, no solo por parte de la población, sino también por parte de muchos profesionales sanitarios".
Una de las principales novedades en anticoncepción hormonal combinada en los últimos años ha sido, precisamente, el tipo de composición de estos tratamientos. "Actualmente, disponemos de preparados con estrógenos naturales que teóricamente ofrecen una mayor seguridad para la salud de la mujer", explica este experto.
Para el Dr. Iñaki Lete, moderador del curso, "ha existido, de manera secular, un miedo no justificado a la utilización de hormonas en muchos ámbitos de la medicina, y existe la falsa creencia de que el uso de hormonas se asocia a un incremento de cierto tipo de cánceres o a problemas de esterilidad. Revertir esta situación es responsabilidad de los profesionales sanitarios".
Los beneficios de la anticoncepción hormonal son claros para este profesional: "La disminución del dolor menstrual, menor incidencia de anemia por la menor cantidad de sangrado menstrual, la mejoría del acné y, sobre todo, la disminución del riesgo de padecer un cáncer de ovario, de endometrio o de colon".
Sin embargo, "muy pocas veces se informa a la paciente de que el riesgo, por ejemplo, de padecer un cáncer de ovario es mucho menor si utiliza la anticoncepción hormonal, porque no acaban de desterrarse determinados mitos como que la mujer tiene que seguir haciendo descansos periódicos durante la toma de estos anticonceptivos, etc.", destaca el Dr. Lete.
Interés y compromiso del médico de AP
El Dr. González Navarro insiste "en que es importante incrementar la información y formación en anticoncepción no sólo entre las pacientes, sino también entre los profesionales sanitarios para que conozcan tanto las interacciones medicamentosas de la anticoncepción hormonal combinada como su posible influencia en la salud de la usuaria".
El mayor grado de formación entre médicos de Atención Primaria y residentes depende, principalmente, del grado de interés y compromiso, según este experto. "Buena parte de las consultas en nuestro país son extrahospitalarias, por lo que puede ocurrir que algunos residentes no lleguen ni siquiera a rotar por unidades de anticoncepción durante su residencia", alerta.
Información neutral, veraz y completa
"Las mujeres necesitan elegir por ellas mismas el método anticonceptivo que mejor se ajusta a sus necesidades individuales y, en este sentido, la información neutral, veraz y lo más completa posible es la única herramienta de la que disponemos los profesionales sanitarios", explica el Dr. Lete.
Nayara Malnero, psicóloga y experta en comunicación sobre sexualidad y métodos anticonceptivos, hace hincapié en la importancia de utilizar las fuentes adecuadas para la búsqueda de información sobre anticoncepción. "Si bien el médico-ginecólogo ha sido la fuente tradicional de consulta, Internet se sitúa hoy por hoy a la cabeza como fuente principal, y su ‘mala fama' siempre se ha referido a información incompleta o, incluso, falsa, dando lugar a confusión y refuerzo de las falsas creencias en anticoncepción", asevera. "Por este motivo -continúa- es importante que detrás de esta información se encuentre el profesional sanitario".
Las preguntas más habituales de las españolas en Internet se refieren a la elección del método anticonceptivo, su utilización y sus posibles efectos secundarios. Malnero recomienda en este sentido buscar siempre cuál es la formación y experiencia de quien ha elaborado ese contenido y comprobar si la web está avalada por un profesional. "Por supuesto, nunca debemos fiarnos de foros ni de comentarios de personas cuyo perfil no podemos comprobar", concluye.