Un estudio publicado en la revista Journal of the American College of Nutrition revela que la deshidratación afecta a ciertas actividades intelectuales, como las tareas de atención, las psicomotoras, las de memoria inmediata y las evaluaciones de estado subjetivo.
Según afirma la Dra. Ana Adan, de la Universidad de Barcelona, "se calcula que una pérdida del 2% de fluidos corporales provoca un descenso del 20% en el rendimiento físico, aunque no existen muchos estudios que hayan analizado los efectos de la deshidratación sobre el rendimiento cognitivo".
La deshidratación se produce cuando la excreción de líquidos supera al consumo de los mismos, dando como resultado un balance negativo del agua corporal. Para prevenirla, los expertos recomiendan consumir entre dos litros y dos litros y medio de líquido al día. De esta cantidad, aproximadamente el 20% deben provenir de los alimentos y el 80% restante de las bebidas.
Afortunadamente, la población es más consciente de la necesidad de cuidar el nivel de hidratación si se realiza actividad física, ejercicio o actividades laborales que requieran un importante gasto físico.