Unas 350.000 personas mueren en Europa por paradas cardiacas fuera de un hospital. El aprendizaje de las técnicas de reanimación cardiaca, por lo tanto, se convierte en esencial para la población si se pretenden salvar todas las vidas posibles. Se calcula que estas técnicas aumentarían el porcentaje de supervivencia de una persona que sufre para cardiaca en un 50 o 60%.
El Consejo Europeo de Resucitación Cardiaca, admite, sin embargo, que las tasas de conocimiento de esta técnica entre la población son muy dispares según los países. Los más experimentados son los nórdicos, donde aproximadamente el 60% de la población sabe actuar en situaciones de parada cardiaca. En cambio, en España tan solo el 12% sabría aplicar un masaje cardiaco.
Maaret Castren, directora de este organismo europeo, señala que "estamos convencidos de que con un adecuado proceso educacional, y la colocación de más desfibriladores en lugares estratégicos, se podrían prevenir el 50% de las muertes por paro cardiaco".