La incontinencia urinaria es un problema, pero con soluciones

Hasta un 40% de las mujeres mayores de 35 años padecen en mayor o menor grado incontinencia urinaria. Por incontinencia urinaria se entiende la pérdida involuntaria de orina, según la define la Sociedad Internacional de Continencia.

Hay diferentes tipos de incontinencia urinaria e igualmente pueden ser diversas su intensidad y gravedad. Siempre constituye o puede constituir un problema de tipo psicológico y, en los casos en los que la incontinencia es de mayor intensidad, causa un serio deterioro de la calidad de vida por las limitaciones que impone en las actividades de la vida diaria.
 

Al problema que ya supone la incontinencia urinaria por sí misma se suma el que un elevado porcentaje de las mujeres que la padecen no consultan este problema con su médico. Además, tampoco es frecuente que los médicos pregunten espontáneamente a las mujeres si tienen este trastorno. De esta forma se genera un círculo vicioso y la incontinencia permanece oculta, sin diagnóstico ni tratamiento, lo que no hace sino alimentar la creencia de que es un problema con mala o nula solución.

Sin embargo, hay que abandonar definitivamente esta creencia. En los últimos años se han producido importantes avances tanto en el diagnóstico como en el tratamiento de la incontinencia urinaria. Así, el mejor conocimiento, merced a los estudios urodinámicos, de cómo funciona la vejiga durante la micción, permite diagnosticar con mayor exactitud la incontinencia urinaria y los diferentes tipos de la misma.

En las mujeres en concreto, el tipo más frecuente es la incontinencia urinaria de esfuerzo, es decir, las pérdidas de orina que tienen lugar como consecuencia de realizar un esfuerzo físico (correr, saltar, reír, cargar pesos, etc.). Según los especialistas, actualmente se pueden tratar y corregir más del 90% de los casos de incontinencia urinaria de esfuerzo en las mujeres, y prevenir un elevado porcentaje de estas incontinencias desencadenadas por partos o intervenciones quirúrgicas.
 

Uno de los tratamientos actualmente en uso, con una eficacia superior al 90% y con una agresividad quirúrgica mínima, es el conocido como tratamiento con banda libre de tensión. Consiste en la colocación de una banda hecha de un material totalmente inerte (que no desencadena ningún tipo de reacción por parte del organismo) por debajo de la uretra, de manera que le sirva de apoyo en las actividades de la vida diaria, es decir, ante los esfuerzos y evite los escapes de orina. La colocación de esta banda se realiza con una incisión vaginal mínima (menos de dos centímetros), con anestesia local o regional solamente y sin necesidad de ingreso hospitalario o con un ingreso de menos de 24 horas.

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