Según ha explicado Marina Rodríguez, especialista en dermatología pediátrica del Hospital Quirón Costa Adeje (Tenerife), la lipoatrofia semicircular es una enfermedad laboral que causa necrosis del tejido graso que se encuentra debajo de la piel. Esta enfermedad es un trastorno de la grasa subcutánea que se suele manifestarse con un hundimiento en la cara anterior y lateral de los muslos y, en ocasiones, de los antebrazos.
Es, según ha afirmado la experta, una enfermedad benigna y cuyas lesiones son, en la mayoría de las ocasiones, reversibles. Las lesiones que provoca esta enfermedad, que según los expertos podría estar relacionada con una cierta predisposición genética, no son contagiosas y se parecen a una cicatriz deprimida, suelen aparecer en las extremidades y medir varios milímetros aunque, en ocasiones, pueden alcanzar varios centímetros de diámetro. Si la patología se diagnostica de manera precoz la cicatriz será menor. A veces puede acompañarse de picores, alteraciones en la sensibilidad de la zona afectada y, en ocasiones muy concretas, de dolor y molestias.
A pesar de ser una enfermedad muy desconocida y poco estudiada, se cree que hay diversos factores que facilitan su aparición. El tratamiento de la lipoatrofia se basa, primeramente, en evitar estos factores que desencadenan la enfermedad (los campos electromagnéticos, la humedad relativa muy baja y los hábitos posturales). De hecho, según ha afirmado la experta, en el 90% de los casos la patología remite con la eliminación de los factores desencadenantes.