En la sociedad actual, tanto adultos como niños se pasan horas delante de pantallas que emiten luz azul, como son ordenadores, teléfonos móviles y tablets, bien sea por trabajo, formación o por ocio y mucho se ha escrito sobre los posibles riesgos para la salud ocular que esta práctica supone. La luz azul también se desprende de los fluorescentes y las luces LED (que se utilizan tanto en oficinas como en los hogares para la iluminación).
Estas informaciones, que se podrían calificar de alarmistas, están realizadas en base a estudios que se han realizado en laboratorio para explicar la reacción química que la luz azul podría provocar en la retina, pero sin embargo, para ello se utilizaron células que no están expuestas a la luz azul.
Sin embargo, la principal fuente de luz azul proviene del sol, a la que se está expuesto constantemente, desde que se nace y afecta de forma superficial tanto a la piel como en los ojos, pero que no llega a ninguna parte profunda del ojo, como es la retina.
"Tenemos que desterrar este falso mito sobre que uso continuado puede suponer una riesgo para los ojos porque ni puede dañar la retina y, mucho menos, provocar ceguera" explica la Dra. María Capote, responsable de la Unidad de Retina y Vítreo de Central Ocular.
Efectos de la luz azul de las pantallas sobre la visión
La sobreexposición a la luz azul procedente de pantallas, móviles y tablets sí que tiene algunos efectos nocivos para la salud visual, pero son efectos pasajeros, que desaparecen en cuanto se deja de deja de mirar estos dispositivos. "El principal problema que provoca es lo que se conoce como Síndrome Visual Informático, que se traduce en ojo seco y fatiga visual. Esto se debe a que cuando se miran pantallas, del tipo que sean, se tiende a parpadear menos y mirar durante mucho tiempo hacia un punto fijo" aclara la Dra. María Capote.
El Síndrome Visual Informático es una patología leve que llega a afectar al 90% de los trabajadores que pasan más de 3 horas al día delante de una pantalla, según un estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III. "Estos datos se pueden extrapolar a todos aquellos niños y jóvenes que pasan más de 3 horas al día frente a pantallas de algún dispositivo, hecho que, lamentablemente, cada vez es más frecuente según vemos a diario en nuestras consultas de oftalmología pediátrica" explica la oftalmóloga.
¿Se pueden prevenir estos efectos visuales procedentes de la luz azul de las pantallas?
- Parpadear más a menudo cuando se vaya a pasar mucho tiempo delante de cualquier tipo de pantalla. De esta forma, los ojos se lubricarán más de forma natural. "Un buen consejo es seguir la regla 20-20-20, que se traduce en descansar la vista cada 20 segundos, a 20 pies al menos de la pantalla durante al menos 20 segundo" aclara la Dra. Capote.
- Utilización de lágrimas artificiales para darle un extra de lubricación al ojo. "En el caso de que, además de la sequedad que debe desaparecer tras dejar la exposición a los dispositivos, se tenga sensación de cuerpo extraño, ardor, irritación, lagrimeo y dolor, es posible que se padezca ojo seco, se debe acudir a un oftalmólogo para que realice un diagnóstico y prescriba un tratamiento, ya que es una enfermedad con una alta incidencia, aproximadamente un 30% de la población" añade la especialista de Central Ocular.
- Bajar el brillo de las pantallas de los dispositivos.