El lupus es una enfermedad autoinmune que puede manifestarse de diferentes formas, aunque en todas ellas es habitual la afectación cutánea. Ésta se produce porque los anticuerpos detectan ciertas sustancias de la piel como algo externo, que tienen que eliminar, de modo que desencadenan una inflamación de la misma.
Como señala la Dra. Mª Teresa Truchuelo, dermatóloga en el Hospital Vithas Nuestra Señora de América y en Vithas Internacional, "una característica del lupus es la fotosensibilidad, la intolerancia al sol, en concreto, a la radiación ultravioleta, lo que desencadena dichas lesiones. En el caso del lupus sistémico, lo más típico son las "chapetas" en la cara, mientras que en el lupus subagudo pueden salir en el escote o en la espalda, pero sin dejar cicatriz. No ocurre lo mismo con el lupus discoide crónico, en cuyo caso sí se producen cicatrices e incluso pueden provocar placas de alopecia cuando afectan al cuero cabelludo".
En el caso del lupus subagudo y del lupus tumidus, otro tipo más específico que produce lesiones en la piel tipo edema, un estudio realizado por la Dra. Truchuelo pone de manifiesto la eficacia del tratamiento con luz pulsada en rango de vascular o láser vascular: "están descritas buenas respuestas para lesiones activas por el efecto antiinflamatorio que tiene este tipo de láser". Aclara, además, que el láser no emite radiación ultravioleta, por ello es totalmente seguro. Asimismo, otro tipo de láser (fraccionado) podría utilizarse para tratar las cicatrices producidas por el lupus discoide crónico. El Hospital Vithas Nuestra Señora de América pertenece al grupo sanitario Vithas que cuenta en España con 19 hospitales y 25 centros especializados denominados Vithas Salud.
Causas del lupus y abordaje
Las personas que padecen lupus tienen una predisposición genética a la que suman una serie de desencadenantes externos, como pueden ser la radiación ultravioleta, determinados medicamentos o el estrés, que producen el debut de la enfermedad.
El abordaje médico del lupus es multidisciplinar, puesto que puede afectar a diferentes órganos, pero el dermatólogo siempre interviene por la afectación cutánea. "La fotoprotección es esencial y luego, en función de las lesiones, se elegirá el tratamiento, que puede ser: mediante productos tópicos, como los corticoides o inmunomoduladores tópicos, los tratamientos con láser o luz pulsada, mencionados anteriormente, y tratamientos por vía oral, para los casos más graves", señala la Dra. Truchuelo.
A pesar de que es una enfermedad que no tiene cura, con las medidas de protección adecuadas y evitando la exposición solar, el paciente puede entrar en períodos de remisión y mantenerse bien durante años.