La Sociedad Española de Sanidad Ambiental (SESA) acaba de reunir en Madrid a más de 200 expertos en Legionelosis de toda España, para debatir sobre el control ambiental de la bacteria Legionella que ha causado 8 muertos en nuestro país en los últimos días. La Dra. Susanne Surman-Lee, Director of Legionella Ltd and RSPH Professorial Fellow, Royal Society of Public Health, de Reino Unido, ex asesora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alertó sobre la mala calidad del agua como problema mundial, no sólo en los países pobres o en vías de desarrollo, sino también en Europa y EE.UU., como lo demuestran los continuos brotes de la enfermedad, asegurando que "los brotes se suelen atribuir a la mala calidad del agua y, en el caso concreto de la legionelosis, a los fracasos de la gestión de los sistemas de agua en los edificios".
Para la Dra. Surman-Lee la OMS se está esforzando por aumentar la seguridad del agua, abogando por la aplicación de medidas de prevención y seguridad en los sistemas de agua en los edificios y sistemas y equipos asociados; los gobiernos y reguladores deben también incorporar e impulsar esta estrategia creando un marco legal que las regule y evitando que los costes de mantenimiento en épocas de escasos recursos puedan relegar la aplicación de dichas medidas.
José María Ordoñez Iriarte, Presidente de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental destacó los costes económicos y humanos de los brotes de legionelosis. Cifró en 400.000 euros los costes directos (investigación epidemiológica y ambiental y asistencia sanitaria de los pacientes) derivados de un brote en el que se vieron afectadas 65 personas, 2 de las cuales fallecieron.
En el caso concreto de España, "desde la primera reglamentación específica para prevención de legionelosis, en el año 1997, ha habido numerosas legislaciones, que de alguna u otra forma, influyen en la prevención de la diseminación de la enfermedad" indicó Beatriz Agudo García, Ingeniero Técnico Industrial del Instituto de Salud Pública de Navarra, y otra de las ponentes; de la aplicación de la actual legislación (RD 865/2003) y de la concienciación de los propietarios y responsables de mantenimiento de las instalaciones depende, en gran medida, la aparición o no de brotes.
La Legionella es una enfermedad bacteriana que puede adquirirse tanto en el ámbito comunitario como en el hospitalario, en este segundo caso se denomina "nosocomial". La "comunitaria" se asocia principalmente a sistemas de enfriamiento evaporativo como las torres de refrigeración mientras que la "nosocomial" surge principalmente cuando la bacteria se encuentra en los sistemas de agua caliente sanitaria y agua fría de consumo humano.
La Legionella es una bacteria que se encuentra de forma natural en el agua y solo cuando prolifera en exceso y se propaga puede dar lugar a casos de legionelosis. Alrededor del 25% de los casos de legionelosis que se registran son nosocomiales, es decir adquiridos en hospital. De ellos más del 20% tiene desenlace fatal, aunque este porcentaje aumenta si los afectados ya padecen una enfermedad asociada que haya debilitado su sistema inmune, de ahí la necesidad de tener especial precaución en el ámbito hospitalario, y aplicar medidas de protección complementarias en aquellas zonas con pacientes en mayor riesgo de desarrollar la enfermedad como los ancianos, pacientes con insuficiencia renal, diabéticos, pacientes oncológicos, con enfermedades pulmonares, etc.
Para el Dr. Ortí, Jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínico Universitario de Valencia, "La situación inmunitaria y la presencia de factores de riesgo intrínsecos en los pacientes ingresados les predispone especialmente a padecer la enfermedad. Uno de los puntos clave es el infra-diagnóstico de la enfermedad que se debe a un bajo índice de sospecha de la enfermedad, a la baja frecuencia de petición de pruebas diagnósticas y a que los métodos de laboratorio muestran bajas sensibilidades (la detección de antígeno de Legionella pneumophila serogrupo 1 (80% de los casos) tiene una sensibilidad aceptable (70-80%) pero baja (5%) para la detección de otros serogrupos de L. pneumophilay otras especies. Pero más importante sea, tal vez, el mayor incumplimiento de los protocolos de inspección y del control de la contaminación ambiental en los centros sanitarios".
En esta misma línea la Dra. la Dra. Surman-Lee destacó "la necesidad de organizar equipos multidisciplinares para gestionar los sistemas de agua sobre todo en los hospitales".
Los expertos coincidieron en la necesidad de "promover la cualificación y profesionalización del sector mediante acciones de formación e información, consensuar las diferentes interpretaciones de la legislación, unificando los criterios de inspección y trabajar en la concienciación sobre el servicio de control y prevención de Legionella como una de las tareas claves en el mantenimiento de las instalaciones, realizando los diseños y mantenimientos adecuados para que los controles sean eficaces" como aseguró en su participación Gemma Carrión Galindo, Técnico Superior PRL esp. Higiene.