La privación de sueño se asocia con un deterioro de funciones cognitivas como la atención, la velocidad psicomotora o la memoria de trabajo

Más de un 10% de la población española padece algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave
Si la privación es puntual, existe cierta capacidad de recuperación

Se estima que en España más de un 10% de la población (más de 4 millones de personas) padece algún tipo de trastorno de sueño crónico y grave, y que más de un 30% de la población española (más de 12 millones de personas), se despierta cada día con la sensación de no haber tenido un sueño reparador. Esta falta de sueño se traduce en un impacto sobre muchas de las funciones cognitivas básicas del cerebro.

"Todos hemos experimentado cómo, tras una noche en la que hemos dormido poco, al día siguiente nuestro rendimiento es menor", explica la doctora Sonia Carratalá Monfort, médico especialista en Psiquiatría y vocal de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES), que lamenta que, pese a esa experiencia, cuando se trata de poner en una balanza el sueño adecuado y otras actividades (sean estas laborales, sociales o de ocio), en muchas ocasiones la población tienda a forzar a su cuerpo en favor de las otras actividades: "Supongo que pensamos que por un día o unos días que durmamos menos no pasa nada, pero el problema es que esta situación no suele ocurrir de manera aislada".

La privación de sueño puede comprometer el funcionamiento de los diferentes sistemas del cuerpo, entre ellos el cerebral. "Si la privación es puntual, existe cierta capacidad de recuperación. En el caso de que la falta de sueño se cronifique, todo apunta a que se pueden generar daños en los diferentes sistemas", apunta Carratalá, que señala que a nivel cerebral la privación de sueño se asocia con un deterioro de funciones cognitivas como la velocidad psicomotora y cognitiva, la atención ejecutiva, el estado de alerta, la memoria de trabajo y otras funciones más complejas.

"De manera general nos encontraremos más lentos al realizar tareas específicas. La alteración en la atención genera errores en el desempeño de una actividad, bien sea por errores de omisión (olvidos) o de comisión (desempeñar mal un proceso). Además, también se altera la memoria a corto plazo y se reduce nuestra capacidad para la multitarea. Como resultado de todo esto, se ha observado que se produce una reducción de la capacidad de aprendizaje y que tenemos más dificultades para resolver problemas, para encontrar soluciones. Si la tarea que realizamos tiene una duración corta, puede ser que la hagamos bien, pero conforme aumenta el tiempo de ejecución de la misma, empiezan a aparecer los errores", enumera la experta.

Para evitar el deterioro de las funciones cognitivas provocado por la falta de sueño, la especialista recomienda priorizar el sueño, respetar el número de horas de descanso (que no son las mismas para todas las personas) e intentar en la medida de lo posible mantener horarios regulares a la hora de irse a dormir y levantarse.

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