La resonancia magnética diagnostica la artrosis antes de que se manifiesten síntomas

Según un estudio presentado en el marco del XII Congreso Multimodalidad de la Asociación para el Desarrollo y la Investigación en Resonancia Magnética celebrado en Valencia, la resonancia magnética combinada con técnicas de cuantificación de la imagen permite diagnosticar la artrosis antes de que se manifiesten los síntomas.
 

La artrosis es una de las enfermedades degenerativas más presente en los países industrializados. Se calcula que más del 50% de la población mayor de 65 años presenta algún síntoma relacionado con esta enfermedad. De hecho, el aumento de la esperanza de vida y la tendencia hacia al envejecimiento de la población hacen que cada vez cobre más importancia su estudio y tratamiento. A pesar de los esfuerzos por comprender la enfermedad y diseñar terapias específicas, existe aún un gran desconocimiento sobre sus orígenes y si las terapias actuales son lo suficientemente eficaces.

Esta enfermedad se caracteriza por un desgaste progresivo del cartílago, el cual tiene un papel fundamental en el movimiento de la articulación. Según explica el Dr. Luís Martí Bonmatí, jefe del Servicio de Diagnóstico por la Imagen y Cuantificación del Hospital Quirón Valencia, "el cartílago tiene como función proporcionar protección y estabilidad mecánica a las articulaciones, de forma que los impactos a los que se ve sometido el esqueleto en su actividad diaria no ocasionen ningún daño. Sin embargo, el desgaste progresivo del cartílago, debido a la edad o a una actividad mecánica excesiva, origina que pierda estas propiedades, con lo que ya no puede absorber de forma eficaz los impactos, y empieza a degenerar la articulación, produciendo dolor o incapacidad en los casos más graves".

La resonancia magnética se ha convertido en la técnica de referencia para diagnosticar esta enfermedad incluso antes de que se manifieste ningún síntoma puesto que es una técnica no invasiva e inocua que permite realizar una monitorización del paciente y del tratamiento sin ningún tipo de molestia, a diferencia de otras técnicas diagnósticas como la artroscopia en la que es necesaria la realización de una pequeña intervención quirúrgica por lo que resulta mucho más molesta. Además permite personalizar al máximo la terapia más conveniente para cada paciente.
 

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