La rotura del ligamento cruzado anterior es la lesión más frecuente en futbolistas

La rodilla y el tobillo son las articulaciones más afectadas
Los tratamientos quirúrgicos actuales son mínimamente invasivos; la artroscopia suele ser la técnica de elección
Las infiltraciones de PRP (plasma rico en plaquetas) potencian y estimulan la reparación biológica de las lesiones

El fútbol es un deporte de masas. Además del amplio sector de consumo que abarca, es también una de las actividades físicas favoritas de un gran número de aficionados. Pero ojo, al igual que los profesionales se lesionan, la práctica amateur tampoco está libre de riesgos.

"La rodilla es una de las articulaciones que más sufre durante la práctica del fútbol. Pueden aparecer lesiones musculares y ligamentosas inflamatorias, tendinitis, esguinces o incluso roturas", apunta el Dr. Agustín Garabito, especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Vithas Nuestra Señora de América y de la Unidad de Terapia Regenerativa Articular de Vithas Internacional.

Una de las lesiones más frecuentes entre los futbolistas es la rotura del ligamento cruzado anterior: "se trata de una lesión que puede darse aislada o asociada a una rotura de menisco, lo que implicaría mayor gravedad", afirma el especialista.

La mayoría de este tipo de lesiones requieren un tratamiento quirúrgico, pero los numerosos avances que se han producido en los últimos años en este campo permiten la utilización de técnicas mínimamente invasivas. Como señala el Dr. Garabito, "la artroscopia suele ser la técnica de elección para este tipo de pacientes, especialmente cuando se trata de personas jóvenes, activas, que no quieren desatender la práctica deportiva".

En el caso de las lesiones de ligamento cruzado anterior, como explica el especialista, "realizamos una técnica de reparación del ligamento utilizando los tendones propios del paciente (el tendón rotuliano o los tendones isquiotibiales) mediante técnicas artroscópicas que permiten el inicio de la marcha y la rehabilitación desde el día siguiente a la cirugía, sin necesidad de inmovilización de la rodilla intervenida".

En la mayoría de intervenciones quirúrgicas es suficiente con un día de ingreso y si se trata únicamente de una lesión de menisco se abordará de forma ambulatoria. Además, en estos casos, "en ocasiones se puede suturar el menisco en vez de quitar el fragmento de menisco roto". El Hospital Vithas Nuestra Señora de América pertenece al grupo sanitario Vithas que cuenta en España con 19 hospitales y 28 centros médicos.

Tratamientos no quirúrgicos: infiltraciones de plasma rico en plaquetas

Existen otro tipo de lesiones menos graves pero que, igualmente pueden condicionar de forma importante la práctica deportiva: "esguince de ligamento lateral interno o externo, roturas fibrilares musculares de la región cuadriciptal o isquiotibial, tendinitis del aparato extensor de las rodillas. Se trata de cuadros bastante frecuentes que pueden ocasionar molestias, además de durante la práctica deportiva, en vida diaria del paciente", afirma el Dr. Garabito.

En estos casos existen dos vías de tratamiento: la medicina de rehabilitación y la medicina regenerativa. "El tratamiento rehabilitador se realiza en coordinación con los servicios de Fisioterapia y puede incluir técnicas como la punción seca, la electroterapia, la electroestimulación o la mesoterapia".

En cuanto a la medicina regenerativa, el Dr. Garabito destaca los buenos resultados de las infiltraciones de plasma rico en plaquetas (PRP): "ya sean solas o en combinación con ácido hialurónico, este tipo de tratamientos potencian y estimulan la reparación biológica de las lesiones a través de nuestro propio organismo".

El plasma rico en plaquetas se obtiene a través de la extracción de una muestra de sangre del propio paciente. En la Unidad de Terapia Regenerativa Articular de Vithas Internacional se realiza una serología previa y se sigue un estricto protocolo para la identificación de la sangre. Todo el procedimiento se realiza con técnicas de esterilidad y en condiciones de asepsia, utilizando una campana de flujo laminar, garantizándose así el correcto tratamiento de este elemento biológico sanguíneo y cumpliendo con toda la normativa sanitaria de la Comunidad de Madrid.

Se trata de una opción de tratamiento que ofrece numerosas ventajas para los pacientes, ya que es poco invasivo, indoloro, se realiza sin anestesia, no se requiere ingreso hospitalario y apenas presenta riesgos. "La práctica clínica nos permite observar una mayor recuperación de la funcionalidad de las articulaciones y una mejora clínica del dolor. Además, también puede utilizarse como una técnica complementaría a la cirugía para acelerar la recuperación de las partes blandas".

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