Se acaba el verano y llega la vuelta a la rutina. Son días de recuerdos veraniegos, preparativos para la vuelta al cole y nuevos proyectos. Entre estos nuevos proyectos son muchos los que deciden que es momento de cuidarse. Y es que, durante las vacaciones estivales, se producen modificaciones sustanciales en nuestros hábitos de vida rutinarios que afectan a nuestro organismo. El descuido de estos hábitos saludables provocan un resentimiento también de la salud, pasando ésta a ser una de sus principales preocupaciones con la vuelta a la rutina, según explican desde el Servicio de Medicina Interna del hospital Vithas Xanit Internacional, perteneciente al grupo sanitario Vithas.
"Aunque el verano tiene aspectos positivos para la salud, el descanso y la desconexión con el mundo laboral y sus problemas diarios permite a nuestra mente centrarse en actividades de carácter lúdico que la ayudan a cargar nuevamente energías, las vacaciones también pueden condicionar otros efectos menos saludables", explica el Dr. Juan Carlos Gavilán, Jefe del Servicio de Medicina Interna de Vithas Xanit. El exceso de peso, las manchas en la piel o la baja forma física son las principales preocupaciones que encuentran los especialistas en los pacientes cuando llega septiembre.
Comida saludable y ejercicio
"El incremento de peso es una de las consecuencia de las frecuentes visitas al restaurante y al chiringuito, así como del consumo de una mayor proporción de alimentos fritos, grasas y con alto contenido en azúcares, como helados. Si a esto sumamos el frecuente descenso de actividad física y el aumento del consumo de alcohol, la vuelta al trabajo suele ir acompañada de unos kilos de más y de un cierto deterioro en nuestro fondo físico", matiza el Dr. Gavilán. "Ahora es el periodo donde tomamos conciencia de todo ello y estamos predispuestos a poner en marcha una serie de medidas, generalmente basadas en dietas y programas de ejercicios, que nos permitan recuperarnos de algunos de los excesos del verano. Y, sin duda, es buena idea aprovechar esta predisposición mental a la vuelta a hábitos rutinarios saludables tras el periodo de descanso, pero es conveniente diseñarlo con sentido común y evitar programas de dieta y ejercicios drásticos, a corto plazo, que habitualmente abandonamos de forma prematura y que, a veces, en función de la edad, patologías de base y estado cardiovascular basal de las personas, podrían llegar a tener efectos nocivos", añade.
En este sentido, la vuelta a dietas saludables sostenibles, basados en un incremento en el consumo de verduras y hortalizas, evitando alimentos grasos y de alto contenido de azucares, bebidas alcohólicas y una adecuada hidratación constituyen un pilar esencial. El inicio de un programa de ejercicios físicos, preferentemente aeróbicos, con carácter progresivo y ajustado al nivel físico previo, edad y salud cardiovascular de las personas resulta lo más adecuado. "En este sentido, la realización de un chequeo médico previo, especialmente en personas de edad intermedia y mayores, en las que se evalúe la función cardiovascular y la posible existencia de patologías prevalentes como hipertensión, diabetes o anemias, son recomendables y ayudan a detectar y corregir problemas clínicos que de otra forma pasarían desapercibidos, al tiempo que nos asegura que el inicio de la actividad física progresiva se hará de una forma segura", explica el Dr. Gavilán.
Cuidados de la piel tras la exposición solar
La piel es otra de las grandes castigadas del verano. Arrugas, falta de luminosidad, descamación o flacidez son algunas de las consecuencias derivadas de la excesiva exposición solar a la que nos sometemos en verano. Por eso, más del 70% de las consultas por manchas en la piel se producen después del verano, según informan desde el Servicio de Dermatología del Hospital Vithas Xanit Internacional. "Es importante después del verano llevar a cabo una hidratación continua e intensiva de nuestra piel para que se recupere, así como una limpieza diaria para eliminar la piel muerta, más abundante después de los meses de calor. Recuperar un buen descanso nocturno, y retomar una alimentación equilibrada también pueden ayudarnos a la recuperación de la piel después del verano", explica el Dr. Enrique Herrera Acosta, Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Vithas Xanit Internacional, quien añade que "Es muy recomendable también aplicarse una mascarilla hidratante todos los días durante un mes, utilizar serum y productos dermocosméticos con Vitamina C, un antioxidante muy eficaz para neutralizar los radicales libres que aceleran el envejecimiento de la piel".