La sauna criogénica es nueva terapia que posee beneficiosos efectos analgésicos, antiinflamatorios, regenerativos y antidepresivos. Consiste en someter al cuerpo en un habitáculo pequeño o sauna a un gas muy frío durante un periodo corto de tiempo.
Estas criosaunas funcionan con una mezcla de nitrógeno helado y aire que, vaporizados, consiguen un ambiente con temperaturas bajo cero. El tiempo de exposición debe ser muy corto, de uno a tres minutos, y el cuerpo casi no nota frío sino una agradable sensación de frescor muy intensa. Esta técnica ofrece muchos beneficios en el tratamiento de muchas patologías y, por tanto, cada día se emplea más en medicina.
Este tipo de crioterapia fue creada en Japón como terapia alternativa y sus aplicaciones aumentan día a día por sus muy amplios beneficios, siendo necesario siempre consultar al médico sobre su indicación en cada caso concreto.
Uno de los efectos más destacados de estas saunas frías es su acción antiinflamatoria sobre la piel, por lo que se recomiendan a pacientes con alteraciones dermatológicas, como la psoriasis o la dermatitis atópica, en las que subyace una alteración inflamatoria crónica de la piel.
Esta técnica puede aportar grandes beneficios acompañada del tratamiento médico oportuno en los enfermos dermatológicos y puede disminuir la necesidad de un empleo elevado de fármacos para tratar algunas enfermedades.