1 de diciembre – Día Mundial de la lucha contra el Sida

La SEMG alerta de la relajación ante el sida en nuestro entorno y recuerda la necesidad de un diagnóstico temprano del VIH

Otro año celebramos el Día Mundial de la lucha contra el Sida y las cifras globales son tan positivas como esperanzadoras: según ONUSIDA ("El sida en cifras 2015"), hoy han disminuido un 35% las nuevas infecciones por VIH desde el año 2000 y han descendido un 42% las muertes relacionadas con el sida (desde el punto máximo de 2004).  También entre los niños se ha dado una disminución del 58% en las nuevas infecciones desde el año 2000. Y, además, desde el 2010 se ha producido un incremento del 84% en el acceso al tratamiento antirretrovírico.

Es decir, según ONUSIDA  "El mundo ha detenido y revertido la propagación del VIH. Se ha logrado una reducción de la epidemia. Las nuevas infecciones por el VIH y las muertes relacionadas con el sida han disminuido tremendamente desde el punto máximo de la epidemia. Ahora la respuesta va un paso más allá: poner fin a la epidemia de sida para el 2030". En España, sin embargo, ya no se habla tanto sobre VIH/sida como en el año 2000, y "un día como el de hoy es quizá la mejor oportunidad para recordar, a la ciudadanía en general y a los médicos en particular, que nos estamos relajando ante ello y eso juega en nuestra contra", esgrime Isabel Jimeno, coordinadora del Grupo de Vacunas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

La doctora Jimeno es contundente al respecto: "hoy, que ya no hay noticias diarias sobre el sida o la infección de este o aquel famoso y los avances científicos están logrando frenar su letalidad, la sociedad se ha relajado, ya no le tenemos miedo y ha disminuido la utilización de barreras de protección… craso error". Isabel Jimeno no duda en alertar ante la situación que comporta esta relajación, que ilustra con cifras: "en España, más de un 60 % de las nuevas infecciones se dan entre los 15 y los 40 años, aunque no es nada novedoso si tenemos en cuenta que en el mundo el 50% de los nuevos diagnósticos son jóvenes menores de 25 años". "Pero lo peor", continúa esta doctora de la SEMG, "es que se estima que aproximadamente un 30% del total de infecciones por VIH no están diagnosticadas". Para esta médica de familia, el gran problema es "esta epidemia oculta, que es la causa del 70% de las más de 3.000 nuevas infecciones por VIH que se diagnostican en nuestro país cada año". Una ‘epidemia oculta' que "contribuye a su vez a un exceso de diagnósticos tardíos cuyo pronóstico es peor y cuyo coste para el sistema sanitario es más elevado". "Dirigir las campañas específicamente a los colectivos de riesgo", se lamenta la doctora Jimeno, "quizá no fue la mejor opción".

La clave: el médico de familia y la importancia del diagnóstico precoz

Desde la SEMG no se duda en hacer un llamamiento a los médicos del primer nivel asistencial para aguzar la atención ante un problema de esta magnitud, tanto para fomentar el papel imprescindible de la prevención como para mejorar los índices de diagnóstico temprano. "En este sentido", explica Isabel Jimeno, "ya existen directrices de la Organización Mundial de la Salud y el European Centre for Disease Prevention and Control para ampliar la realización de pruebas del VIH a entornos sanitarios". Según explica la doctora Jimeno, "el fin es el de abordar la necesidad de mejorar las tasas de diagnóstico precoz con estas directrices, que exigen la recomendación de las pruebas a personas que padecen infecciones de transmisión sexual y que presenten hallazgos clínicos que sugieran la presencia de VIH".

La doctora Jimeno apuesta por un diagnóstico precoz como estrategia clave para la salud pública, y recuerda que la evidencia clínica y los estudios de coste eficacia indican que existen beneficios importantes para diagnosticar el VIH en una etapa temprana. Lo importante es, además, "que los pacientes que se diagnostican de forma tardía presentan una peor respuesta al tratamiento", argumenta Isabel Jimeno, quien añade: "en Europa Occidental, el 45-50% de las personas recién diagnosticadas como infectadas por el VIH se diagnostica y se trata tardíamente, presentan una peor respuesta al tratamiento, generan mayores costes de asistencia sanitaria y presentan asimismo mayores tasas de transmisión. Y, lamentablemente, en España, el 50% de los nuevos diagnósticos debutan ya en fase de sida".

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