Con motivo del Día Mundial de la Sepsis, Ferrer ha organizado la jornada Nuevas perspectivas en el manejo de la sepsis, en la que se ha revisado la utilidad y el modo de empleo que los dispositivos de depuración de endotoxinas pueden tener como tratamiento coadyuvante del síndrome séptico.
La sepsis es una enfermedad grave que se caracteriza por una respuesta inflamatoria sistémica del organismo ante una infección. Aunque la mortalidad por sepsis ha disminuido en los últimos años, debido a los avances terapéuticos, la tasa de fallecimientos sigue siendo muy elevada. De hecho, estudios epidemiológicos recientes estiman que esta enfermedad es responsable de más muertes que el infarto de miocardio o el ictus, y que los cánceres de mama, colon, recto, páncreas y próstata juntos.
En los últimos años, un mejor conocimiento de su fisiopatología, y la puesta en marcha de un conjunto de medidas encaminadas a una rápida detección y un inmediato tratamiento de los pacientes sépticos, han demostrado que pueden disminuir la mortalidad. Además, se siguen realizando trabajos para modular la respuesta inflamatoria y limitar la acción dañina de los productos bacterianos sobre el sistema inmune.
En este sentido, se han desarrollado dispositivos absorbentes de endotoxina, dado que ésta es uno de los principales desencadenantes de todo el fenómeno inflamatorio de la sepsis. Sin embargo, una de las claves para la eficacia de estos dispositivos debiera ser su utilización precoz, cuando todavía sigue habiendo endotoxina circulante que va a mantener la amplificación de la respuesta inflamatoria uniéndose a sus receptores.
El diagnóstico de la sepsis se realiza a menudo muy tarde porque los síntomas son poco reconocibles. Sin embargo, el establecimiento de un rápido diagnóstico es importante, ya que la situación del paciente puede empeorar con rapidez y desencadenar un shock, lo que hace imprescindible un tratamiento inmediato.