La Sociedad Española de Cirugía Plástica desea a los españoles unas vacaciones "no reparadoras"

La SECPRE lanza una campaña online para concienciar a los ciudadanos de la gravedad de las lesiones producidas por accidentes e imprudencias más frecuentes en verano que en otras épocas del año.
La Cirugía Plástica Reparadora, cubierta mayoritariamente por la sanidad pública, es la encargada de reconstruir numerosas secuelas de accidentes de tráfico, grandes quemaduras y sobreexposición al sol.
La campaña #VacacionesNoReparadoras incide en que la mayoría de estas secuelas, que incluyen amputaciones, pérdidas de tejidos y tumores cutáneos, son tan graves como fácil puede ser su prevención.

Coincidiendo con el inicio del verano, la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) ha puesto en marcha la campaña online #VacacionesNoReparadoras para concienciar a los ciudadanos sobre la gravedad de algunas de las lesiones que más deben atender los profesionales de Cirugía Plástica Reparadora en verano.

La creatividad de la campaña, que la SECPRE ha empezado a viralizar hoy, hace referencia a secuelas de los accidentes de tráfico, los incendios y otras causas de quemaduras y la sobreexposición al sol. Recuerda, además, que la gravedad de todas ellas suele ser inversamente proporcional a la facilidad de su prevención, consistente, por lo general, en extremar la prudencia y seguir unos hábitos sencillos.

Según la vocal de Comunicación y Redes Sociales de la SECPRE, la Dra. Ainhoa Placer, "el lema de la campaña, Que tus vacaciones NO sean reparadoras, pretende despertar el interés del receptor aprovechando el doble significado de la palabra reparadora, que es sinónimo de descanso y, al mismo tiempo, da nombre a una de las dos vertientes en que se divide la Cirugía Plástica: la Estética y la Reparadora, cubierta esta última  mayoritariamente por la sanidad pública. Aboga, así, por unas vacaciones en las que prime el primer significado sobre el segundo".

Accidentes de tráfico

En relación con los accidentes de tráfico, una de las lesiones más habituales en verano es la causada en el brazo izquierdo de los conductores -o en los de otros pasajeros que cometan la misma imprudencia- por llevarlo fuera de la ventanilla del vehículo. Esta práctica no sólo está prohibida, sino que resulta tan peligrosa que puede desembocar en la amputación del miembro superior.

"Conductores y pasajeros deben tener en cuenta ­ -explica el Dr. Francisco Leyva, vicepresidente de Cirugía Reparadora de la SECPRE y jefe de Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid- que, cuando se produce un accidente de este tipo, el brazo afectado tiene pocas posibilidades de ser reimplantado, ya que el corte no es limpio y la extremidad resulta muy dañada".

En el caso de los motoristas, la SECPRE les aconseja viajar escrupulosamente equipados con los necesarios elementos de protección –no sólo el casco, sino, en lo posible, un mono adecuado-, que, en caso de accidentes o caídas sobre el asfalto, ayudarán a prevenir lesiones.

No obstante, "a pesar de advertencias como ésta -apunta el Dr. Leyva-, los cirujanos plásticos reparadores solemos tener que tratar todos los veranos secuelas graves como abrasiones y fracturas abiertas en las extremidades inferiores. Para ello, reponemos los tejidos perdidos mediante injertos o colgajos más complejos, además de reconstruir los vasos sanguíneos, nervios y posibles huesos afectados".

Sobreexposición al sol

En general, la exposición al sol es la causa más importante de envejecimiento cutáneo y, a medio y largo plazo, su exceso puede producir en la piel tumores o carcinomas basocelulares o espinocelulares, sobre todo en personas mayores. Igualmente, aunque en pacientes de cualquier edad, puede presentarse un melanoma, un tipo de cáncer de piel menos frecuente que los anteriores pero más peligroso.

En cualquiera de los casos, la prevención pasa por evitar la exposición al sol de manera prolongada y en las horas más cálidas del día, realizando una fotoprotección adecuada, con un protector solar de, al menos, factor 30, aunque lo más aconsejable es recurrir al de factor 50.

En cuanto al tratamiento de este tipo de lesiones, consiste en su extirpación con unos márgenes quirúrgicos de seguridad alrededor de la zona afectada; en ocasiones, como ocurre con el melanoma, la extirpación se acompaña de tratamientos coadyuvantes como la quimioterapia o la radioterapia, coordinándose el cirujano plástico reparador con el oncólogo médico.

"El cirujano plástico -explica la Dra. Ana Jiménez, secretaria general de la SECPRE y facultativo especialista del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid-  realiza una resección del tumor, priorizando siempre el criterio oncológico, pero intentando equilibrarlo con el estético a fin de obtener el mejor resultado para el paciente. Además, es el encargado de abordar el tratamiento de los ganglios linfáticos en caso de que estuvieran afectados".

ncendios y accidentes domésticos con fuego

Desgraciadamente, en verano, es frecuente que numerosos incendios asolen cientos de hectáreas de nuestro país y es a los servicios de Cirugía Plástica a los que corresponde atender a los grandes quemados. A otro nivel, los accidentes domésticos con fuego, agua o aceite hirviendo u otros elementos son más graves en esta época del año, ya que los ciudadanos llevan menos ropa y las secuelas inciden directamente sobre su piel.

"Aunque parezca una perogrullada -comenta el Dr. Carlos del Cacho, presidente de la SECPRE y jefe de Sección de Cirugía Plástica del Hospital de San Juan de Dios de Martorell (Barcelona)-, hay que tener cuidado, por ejemplo, con las barbacoas, sobre todo a la hora de avivar el fuego con líquidos inflamables, pues los cirujanos plásticos nos topamos con muchos accidentes graves que son efecto directo de esta imprudencia o de andar cerca en bañador o sin suficiente ropa".

Las consecuencias de tales accidentes pueden llegar a ser quemaduras de tercer grado, las que penetran por todo el espesor de la piel, incluyendo terminaciones nerviosas, vasos sanguíneos, linfáticos, etc., y hacen necesario un tratamiento quirúrgico en un Servicio de Cirugía Plástica o una Unidad de Quemados.

El procedimiento consiste en desbridar o extirpar la quemadura para luego colocar, dependiendo de su profundidad, apósitos o injertos de piel, sean autólogos -es decir, procedentes de otras partes del cuerpo del paciente- o cultivados artificialmente, también a partir de otras zonas no quemadas de su piel.

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