La urología, pese a ser considerada una especialidad dirigida a la salud del varón, es una especialidad mucho más amplia que trata tanto quirúrgicamente como médicamente patologías muy prevalentes en la población de ambos sexos. Tal y como destaca Víctor Escobal, urólogo del Hospital San Juan de Dios de Santurtzi, "en las consultas vemos con gran frecuencia problemas como la litiasis renal, la incontinencia urinaria, el prolapso vesical, las infecciones urinarias y los síntomas miccionales del varón y la mujer. La urología no es una especialidad exclusiva del varón ya que, además de lo anterior, la prevalencia de infecciones, cálculos y tumores de vejiga y riñón es amplia en ambos sexos".
Según confiesa el especialista, "un alto porcentaje de los pacientes que veo en la consulta son mujeres, que acuden por cólicos renales, hematuria (orina con sangre), infecciones urinarias y, sobre todo, por incontinencia urinaria. Vienen buscando alternativas al tratamiento oral estándar, que ocasiona muchos efectos secundarios. En este campo, el tratamiento quirúrgico como las cintillas suburetrales, el bótox intravesical e, incluso, la estimulación del nervio tibial posterior son muy efectivas. Esta última técnica se realiza de forma ambulatoria en la consulta, con un total de doce sesiones de 30 minutos cada semana. Tiene muy pocos efectos secundarios y escasa agresividad".
Urología oncológica
En relación con la urología oncológica, esta especialidad diagnostica y trata "tres de los tumores más frecuentes en la población general, como son el cáncer de próstata, el de vejiga y el de riñón". Desde siempre ha sido "una obsesión de los urólogos" el diagnosticar estos cánceres en fases muy incipientes de la enfermedad, "de forma que se busca una curación total de estos tumores".
En estos casos, la cirugía puede ser curativa, "pero a fuerza de originar en muchos casos unas secuelas importantes de los pacientes. Es por esto que mi formación diaria y el abordaje en la consulta de Urología se centran en técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas y focalizadas a tratar el tumor sin necesidad de realizar grandes amputaciones quirúrgicas, con todo lo que conlleva de reducción de secuelas y agresividad, así como de tiempo de recuperación".
Por ejemplo, "en la terapia focal del cáncer de próstata se trata solo el área donde está el tumor, no toda la glándula, y para ello contamos para tratar al paciente con la crioterapia focal, los ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU), y la electroporación".
Ubicación exacta de los tumores urológicos
Aprovechando la ventaja que proporcionan las nuevas técnicas de imagen médica, se consigue en muchos casos diagnosticar tumores urológicos y localizarlos topográficamente. "Ahora, en muchas ocasiones, sí conseguimos tener localizado el nódulo tumoral y podemos actuar sobre él sin afectar al resto de la glándula, como por ejemplo, en las tumorectomías renales (un tipo de cirugía conservadora del riñón)".
Partiendo de la base que el tratamiento estándar de cada tumor está bien definido en las guías clínicas para cada estadio tumoral, siempre hay casos que se puedan beneficiar de una terapia focal. El objetivo de este abordaje es tratar el tumor que tiene el paciente en el momento actual, "y luego, si en diez años desarrolla otro tumor en otra parte del cuerpo, se volverá a analizar la situación. De este modo, liberamos al paciente de los efectos secundarios de muchas de las terapias actuales, como la prostatectomía radical (extirpación total de la próstata), la nefrectomía radical (extirpación completa del riñón), de la radioterapia y de la braquiterapia, que es igualmente un tratamiento radioterápico".
Gracias a este proceder en la urología oncológica mínimamente invasiva, "tratamos solo ese nódulo que tiene el paciente y lo vigilamos, pero ya con el tumor tratado. Esto nos va a permitir atrasar los efectos secundarios, o anularlos completamente en el caso de que se cure. Es lo que denominamos como terapia focal del cáncer, en la que se trata solo el foco donde está el tumor, no toda la glándula o el órgano".
Curar la próstata con vapor de agua: el sistema Rezum
La cirugía de la próstata lleva muchos años de desarrollo. En este tiempo, ha evolucionado a procedimientos menos agresivos, incluso sin ingreso. Un ejemplo de ello son el láser y el sistema Rezum. Según detalla sobre este último el Dr. Escobal, "es una técnica mínimamente invasiva, que no requiere ser ingresado, con un corto tiempo quirúrgico (de entre 3 y 10 minutos) y que utiliza la radiofrecuencia para generar energía térmica en forma de vapor de agua en dosis controladas de nueve segundos. El vapor se inyecta en el interior de la próstata y se dispersa rápidamente por el espacio intersticial entre las células del tejido provocando la muerte celular y reduciendo el volumen prostático con ausencia de pérdida de sangre. El procedimiento consigue preservar la eyaculación en un 97% de los casos".