Un reciente informe de la World Heart Federation (WHF) proporciona claves obtenidas a partir de una investigación mundial y ofrece un panorama completo sobre la carga de las enfermedades cardiovasculares (ECV) en nuestro país, así como la mejor forma de abordar la prevención secundaria de las mismas.
El documento, titulado "Prevención y control secundario de las enfermedades cardiovasculares en España" y publicado con el apoyo de AstraZeneca, analiza asuntos tan importantes como gobierno, financiación, acceso y cobertura con el fin de mejorar la aplicación de la evidencia científica en el ejercicio de la práctica médica. El informe se ha editado con datos locales en otros cinco países: Australia, Brasil, China, Francia, Alemania, Italia y EE.UU.
La iniciativa, conocida a nivel mundial como "The ´25 by 25´Target", se enmarca en un Plan de Acción Global que tiene como prioridad reducir en un 25% la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles (ENT) de aquí a 2025, encabezadas por las enfermedades cardiovasculares, seguidas del cáncer, las enfermedades pulmonares crónicas y la diabetes. Las ENT son la principal causa de mortalidad a nivel mundial y prevenibles en un alto porcentaje con cambios en las políticas y con iniciativas dinámicas no sólo en el ámbito de la salud, sino también en otros sectores.
La WHF estima prioritario atajar este grave problema de salud pública – al que se le atribuyen el 21,3% de las muertes prematuras en España en 2010 - a partir de objetivos de salud concretos como es la reducción en un 10% del consumo de alcohol y el sedentarismo, en un 25% la hipertensión, en un 30% el consumo de tabaco y la ingesta de sal y un 0% de nuevos casos de diabetes y obesidad. Todos ellos son factores de riesgo cuya presencia aumenta la probabilidad de sufrir un evento cardiovascular.
Claves para alcanzar los objetivos
Los expertos participantes alertan de discrepancias y de falta de unanimidad en el cumplimiento de las recomendaciones recogidas en las Guías de práctica clínica. En algunas ocasiones la comprensión no es global y en otras, se produce una falta conciencia en cuanto a su utilidad real en el manejo de estos pacientes. Los profesionales de la salud también muestran dificultades ante el elevado número de directrices disponibles y actualizaciones, por lo que les resulta muy complicado estar al día de las últimas recomendaciones.
Aunque los médicos en general reconocen la importancia de las recomendaciones recogidas en las Guías y su aplicación en la práctica clínica, en ocasiones sienten que su utilidad es limitada ya que no siempre pueden aplicarlas a todos los pacientes o adaptarse fácilmente a entornos específicos.
El informe apunta como posibles soluciones simplificar y unificar las directrices existentes a fin de mejorar su comprensión e implementación entre los diferentes niveles asistenciales. Por su parte, las autoridades sanitarias y políticos deben velar por su comprensión y aplicación en el ejercicio de la práctica clínica.
El panel de expertos insta a los políticos a mejorar la coordinación entre atención primaria y especializada, así como a asegurar el acceso equitativo a los servicios y productos de salud, incluidos los medicamentos innovadores. También les piden identificar posibles barreras económicas que pongan en riesgo la consecución de los objetivos de salud.