Las 10 claves para una alimentación completa y equilibrada del bebé

A partir de los 6 meses se inicia la alimentación complementaria de los bebés con la introducción progresiva de nuevos alimentos

Durante los primeros seis meses de vida, la lactancia materna es la alimentación exclusiva de los bebés. Tras este periodo llega el momento de comenzar a introducir otros alimentos y se inicia lo que se suele llamar la alimentación complementaria. Un momento que puede generar múltiples dudas en las familias sobre cuáles son los alimentos que debe tomar el bebé y cómo.

La introducción tardía de la alimentación complementaria puede suponer la aparición de carencias de algunos nutrientes y favorecer la aparición de alergias e intolerancias alimentarias.

Desde el Observatorio Blevit, han brindado 10 claves para ayudar a las familias a la introducción de la alimentación complementaria de los bebés para que tengan una alimentación completa y equilibrada desde los primeros meses de vida.

  1. Entre los 6 y 12 meses, la leche materna sigue siendo el alimento principal. La alimentación complementaria no sustituye la lactancia, sino que la complementa, por lo que se recomienda mantenerla a demanda si es posible hasta los 2 años. A partir de los 9 meses se pueden introducir otros alimentos lácteos, como yogur natural o quesos primero en pequeñas cantidades, y podrá tomar leche entera de vaca a partir de los 12 meses. A medida que la alimentación del bebé se vaya diversificando disminuirá la cantidad de leche que toma, aunque se recomienda mantener al menos 500 ml al día.
  2. Introducir progresivamente toda la variedad de frutas y verduras disponible. A partir de los 6 meses se puede incluir en cualquiera de las comidas diarias frutas y verduras, poco a poco, y en diferentes preparaciones: triturada, chafada o en pequeños trozos. Conviene eludir los zumos, ya que no se aprovecha la fibra de la fruta entera y tienen un mayor índice glucémico. Durante el primer año de vida se recomienda evitar las verduras de hoja verde con alto contenido en nitratos, como la acelga, la espinaca o la borraja.
  3. En la variedad está el gusto. Si acostumbramos al bebé a diferentes sabores como algunas frutas ácidas o verduras de sabor amargo, su paladar se acostumbrará a diferentes sabores (dulce, salado, ácido y amargo), así evitaremos que rechace algunos alimentos y promoveremos que tenga un mayor gusto por probar alimentos nuevos y una dieta más variada y completa.
  4. Los hidratos de carbono deben aportar el 40% de la energía. Este macronutriente que podemos encontrar en los cereales infantiles es fundamental al inicio de la alimentación complementaria. Así lo destacan un 70% de los pediatras, según el "Estudio sobre el papel de los cereales en la nutrición infantil", elaborado por el mencionado Observatorio. Desempeñan un papel clave en el desarrollo y crecimiento del bebé, ya que son una fuente de nutrientes importantes durante esta etapa como hierro, fibra y vitaminas. Además, suponen un aporte de energía y vitalidad para cubrir las necesidades energéticas del bebé. Conviene escoger aquellos que no contienen azúcares añadidos, ni azúcares producidos, y que emplean una mayor cantidad de grano completo o cereales integrales, puesto que aportan más fibra.
  5. Reducir el exceso de alimentos proteicos. Las actuales recomendaciones de las sociedades médicas en cuanto a la alimentación de los bebés indican que un exceso de alimentos proteicos en los primeros años de vida se asocia con obesidad posterior. Por tanto, se recomienda incluirlos de forma moderada pero deben estar presentes a diario ya que tienen un importante papel en el crecimiento del bebé. Se aconseja escoger alimentos proteicos variados y especialmente aquellos que tengan un mayor aporte de hierro como carnes rojas, pollo, pescados, marisco, huevos o legumbres. En cuanto al pescado se debe limitar el consumo de aquellos de gran tamaño que pueden tener una mayor presencia de contaminantes como el mercurio.
  6. Introducir el gluten en pequeñas cantidades. Actualmente se recomienda introducir el gluten a partir de los 6 meses, y en pequeñas cantidades al principio, como una forma de disminuir la incidencia de enfermedad celíaca.
  7. Evitar los azúcares. La OMS recomienda evitar los azúcares libres en la dieta de los lactantes. Hasta los 12 meses no se deben introducir alimentos como la miel, el cacao, bollería o galletas y a partir del año, su ingesta también debe ser reducida.
  8. No añadir sal a los alimentos. En los lactantes se recomienda no agregar sal a sus comidas, ya que sus riñones aún son inmaduros para asimilar una sobrecarga de sodio.
  9. Las porciones deben ser pequeñas al principio. La alimentación complementaria es un proceso gradual por lo que conviene empezar por cantidades pequeñas e ir aumentando progresivamente.
  10. Aumentar progresivamente la consistencia de los alimentos. Conviene empezar con texturas grumosas y semisólidas lo antes posible, nunca más tarde de los 8-9 meses. A los 12 meses, el lactante ya puede consumir el mismo tipo de alimentos que el resto de la familia, aunque teniendo especial cuidado con los sólidos con riesgo de atragantamiento, como los frutos secos enteros, que no deberán ofrecerse antes de los 3 años.

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