Las diferencias hormonales podrían explicar que las mujeres con patología dual presenten más riesgo de recaída en adicciones y depresión

Alrededor del 50-70% de las mujeres con enfermedad adictiva sufre también depresión

La patología dual, que designa la condición clínica de la coexistencia de una adicción y otro trastorno mental, afecta con mayor frecuencia a las mujeres. Éstas ingresan menos que los hombres por adicciones, pero cuando lo hacen tienen mayores probabilidades de padecer patología dual. Concretamente, según los datos de diversas investigaciones, alrededor del 50-70% de las mujeres con enfermedad adictiva sufre también depresión.

Sin querer ser reduccionista ni obviar la influencia que la construcción cultural ejerce sobre cómo las mujeres viven y sufren la patología dual, la doctora Francina Fonseca, psiquiatra de Adicciones en el Hospital del Mar de Barcelona, ha explicado esta mañana que las diferencias hormonales pueden jugar un papel importante en estos datos. Lo ha hecho el marco de las XVI Jornadas de Género y Patología Dual, organizadas por la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) y la Fundación Patología Dual con la colaboración de la Societat Catalana de Psiquiatria y Salut Mental, que han reunido hoy en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona a más de 200 psiquiatras, psicólogos y profesionales sanitarios vinculados al ámbito de la salud mental.

"Cómo las mujeres con patología dual responden a una situación estresante puede condicionar que tengan más probabilidades de recaída, tanto al consumo de sustancias como respecto a episodios depresivos", ha señalado la experta, que ha explicado que la evidencia científica ha observado diferencias en la expresión del cortisol, la hormona reguladora del estrés, en hombres y mujeres: "El cortisol nos ayuda a superar situaciones de estrés. Cuando estamos muy nerviosos, se dispara. En el caso de las mujeres con patología dual, lo que observamos es que no se produce una subida tan intensa, lo que dificulta el afrontamiento del estrés e incrementa el riesgo de recaída". Según ha añadido la doctora Fonseca, esta asociación tiene una explicación compleja en la que también están involucrados factores ambientales como, por ejemplo, las experiencias de maltrato en la infancia, más frecuentes en mujeres con patología dual. "En un estudio reciente se ha puesto de manifiesto que las personas que han sufrido maltrato infantil presentan una menor respuesta de liberación de cortisol en situaciones de estrés y que este hecho se ha relacionado con mayor riesgo de adicción, obesidad y alteraciones de conducta", ha argumentado.

El papel de las hormonas sexuales femeninas

Las hormonas sexuales femeninas, el estrógeno y la progesterona, también podrían jugar un papel importante en la mayor incidencia de la patología dual en mujeres y, sobre todo, en el mayor riesgo de recaída mostrado por éstas. Según ha explicado Francina Fonseca, en cada una de las dos fases del ciclo menstrual de las mujeres hay una hormona predominante. Así, la progesterona tiene mayor presencia durante la segunda fase del ciclo, es decir, durante los 15 días previos a la menstruación. En esta fase, la respuesta a sustancias como la cocaína o el tabaco es menor. Sin embargo, en la primera fase, en la que predominan los estrógenos, las mujeres presentan una mayor sensibilidad a estas sustancias.

"El deseo de consumir y la sensación de refuerzo después del consumo es más elevada en esta fase de predominio de los estrógenos, lo que puede potenciar más el consumo o dificultar que estas mujeres dejen de consumir", ha argumentado la psiquiatra, que ha hecho hincapié en los datos de un par de estudios realizados con mujeres que acababan de dar a luz y que presentaban adicción a la cocaína y al tabaco: "Se observó que si se les continuaba suministrando progesterona durante el posparto, la probabilidad de que recayesen en el consumo era menor".

El embarazo, precisamente, ha concluido Fonseca, también es un factor que aumenta las posibilidades de que una mujer reduzca el consumo de sustancias o directamente deje de consumirlas. En ello, según la doctora, juega un papel esencial "la motivación personal por el cuidado de un hijo", pero también influye "el importante incremento de las hormonas sexuales que se produce en el último trimestre de embarazo".

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