La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha publicado en su revista oficial Progresos de Obstetricia y Ginecología el artículo "Actualización sobre el sangrado menstrual abundante", en el que pone el foco de atención sobre este importante problema de salud de la mujer y sobre el cual ve necesario realizar estudios en España para conocer su incidencia real así como incorporar todas las opciones terapéuticas disponibles, para que las mujeres españolas puedan elegir entre ellas, tal y como ocurre en otros países de Europa.
"En primer lugar hay que decirles a las mujeres que consulten cuando sus reglas afecten a su calidad de vida porque actualmente tenemos muchas opciones para mejorarla", explica el Dr. Fernández Parra, Jefe de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves y uno de los autores del artículo.
Los objetivos del tratamiento incluyen la disminución de la intensidad del sangrado menstrual, la corrección de la anemia derivada de la pérdida de sangre, la prevención de recurrencias y la mejora de la calidad de vida. El tratamiento debe tener en cuenta el estado de salud y reproductivo de la paciente, y siempre tomar en consideración la opinión de la mujer, una vez que ha sido adecuadamente informada de las diferentes opciones disponibles, sus ventajas, inconvenientes y posibles efectos adversos.
Como se indica en el artículo publicado en la revista oficial de la SEGO, el tratamiento médico ha sido tradicionalmente el tratamiento de primera línea. Cuando fracasa, se acude al tratamiento quirúrgico. En este sentido, "en los últimos años se han desarrollado técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, como la resección y la ablación del endometrio, que al eliminar o extirpar el espesor completo de este tejido consiguen una mejora de los síntomas con un alto grado de satisfacción de las mujeres".
Estas técnicas han sido revisadas en profundidad en la revisión publicada por la SEGO debido a su muy limitado uso en la actualidad en las mujeres con sangrado menstrual abundante (SMA) en España y, por tanto, como una opción que puede optimizar el abordaje de este frecuente trastorno ginecológico. Así, por ejemplo, en el artículo se resalta que en Inglaterra el 38% de las mujeres con SMA son tratadas con cirugía y, de ellas, el 75% son tratadas mediante ablación endometrial. En Gales la cirugía indicada con más frecuencia en el SMA también es la ablación endometrial (78%). En Francia la ablación endometrial supone el 43% de todas las cirugías en mujeres con SMA.
Por su parte, en España, no hay datos sobre la tasa de ablaciones endometriales. "Sin embargo, la percepción es que se realizan menos que en otros países de Europa. Quizás esto sea debido a la baja penetración que tienen aún las técnicas de segunda generación en nuestro país, o bien por desconocimiento de la técnica", subraya el artículo.
Una de las técnicas de segunda generación más utilizadas es la que emplea energía eléctrica bipolar mediante radiofrecuencia, englobada dentro de las técnicas conocidas como ablación endometrial. Se trata de una intervención mínimamente invasiva, que permite calcular automáticamente la potencia necesaria de radiofrecuencia a liberar según el tipo de cavidad uterina de la mujer, con el fin de eliminar adecuadamente el endometrio.
Además, estas técnicas son una alternativa para aquellas mujeres que no desean o no pueden tratarse con sistemas hormonales, al no tolerarlos o por estar contraindicados, debido a la existencia de neoplasias hormonodependientes, como es el caso de muchos cánceres de mama."La aparición de las técnicas de ablación endometrial de segunda generación permite su realización en poco tiempo, con gran seguridad, además de no necesitar el cirujano de un entrenamiento especializado para llevarlas a cabo. Es una técnica más reproducible y, por lo tanto, podemos asegurar parecidos resultados en todos los centros", explica el Dr. Fernández Parra. En su hospital tienen una amplia experiencia con esta técnica, en concreto con Novasure®. "En nuestra experiencia hemos comprobado que es una técnica más rápida, con muy escasas complicaciones y con buenos resultados".
De acuerdo a varios estudios a largo plazo, esta técnica desarrollada por la compañía de tecnología sanitaria especializada en salud de la mujer Hologic, permite, en comparación con el tratamiento médico, una reducción superior en la pérdida de sangre menstrual y una mejora en la calidad de vida.
Acerca del sangrado menstrual abundante
El sangrado menstrual abundante o SMA o menorragia, entre otras terminologías, es un problema de salud femenino que, muchas veces, es infravalorado incluso por la propia paciente que lo padece. Aproximadamente un tercio de las consultas de ginecología a nivel mundial son como consecuencia de esta patología, elevándose la cifra a un 70% en el caso de mujeres peri y posmenopáusicas. En Europa, la incidencia media del SMA es mayor a la media mundial (27,2%), consultando este problema con el médico solo un 54% de las mujeres que lo sufren.
Concretamente, las reglas abundantes consisten en una cantidad de sangrado menstrual mayor al habitual, tanto por duración como por cantidad (se suele hablar de una pérdida superior a 80 ml por ciclo menstrual y de una duración superior a los siete días), que afecta de forma significativa a la vida laboral, familiar y social de quien las sufre.
Ante la pérdida elevada de sangre, la mujer con menorragia suele desarrollar anemia y ferropenia, lo que incrementa el cansancio y la falta de energía, así como la capacidad de concentración y el rendimiento académico o laboral. Esto, sumado al impacto mencionado previamente, supone una limitación más para la paciente en su vida social, personal y profesional.
Por este motivo, hacer un correcto seguimiento del SMA es fundamental. Para ello, un estudio de la menorragia ha de comenzar con un desarrollo de la historia clínica en el que datos como la cantidad de sangrado o la afección del periodo en su calidad de vida son fundamentales. Una vez confirmada la sospecha de SMA, el estudio básico se completa con una anamnesis, una exploración ginecológica, una analítica básica en la que se pida un hemograma y ferritina y una ecografía vaginal. En pacientes adultas de más de 45 años o con factores de riesgo, se solicitará, además, una histeroscopia o biopsia dirigida. Hay ocasiones en las que hay que solicitar otras pruebas específicas como la de coagulopatías, por ejemplo.
Las causas del SMA se dividen en dos bloques: las anomalías estructurales (pólipo, adenomiosis, leiomioma y malignidad) y anomalías no estructurales (coagulopatías, disfunción ovulatoria, endometrial, iatrogénica y no clasificada). De entre las causas más comunes, cabría destacar el trastorno ovulatorio, que está presente en un 57% de los casos, seguido de los pólipos (16,2%).