Las personas que se sienten más contentas y positivas perciben que su estado de salud es mejor, en contraposición a aquellas que son menos felices, que tienden a tener más presente los problemas físicos y psicológicos que les afectan. El apoyo social y, en concreto, la familia y los amigos, actúan por otro lado como factor protector y amortiguador ante los problemas de salud y los momentos complicados. Estas conclusiones se desprenden del estudio La felicidad y la percepción de la salud, realizado por el Instituto Coca-Cola de la Felicidad y la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
El informe confirma las relaciones existentes entre el nivel de felicidad de los españoles y su estado de salud percibido. Pese a que los datos del análisis muestran que padecer un problema médico o psicológico tiene efecto en la satisfacción vital, según el estudio, ante un problema de salud las personas más felices se sienten con mejor estado de salud que las menos felices. Además y, de forma general, todos los problemas de salud están menos presentes en el grupo de personas más felices, a excepción de las alergias y los problemas dermatológicos.
Otra de las variables analizadas es el efecto del apoyo social ante los problemas de salud y la salud percibida. A través de las entrevistas realizadas a los participantes en el estudio se observa que el sentirse acompañado y, en concreto, la familia y los amigos, hacen que las personas se sientan con mejor estado de salud, a diferencia de los que cuentan con menos apoyo. Junto a ello, las personas que se sienten arropadas preservan en gran medida su nivel de satisfacción cuando sufren un problema de salud.
Además, el estudio muestra que las personas optimistas y con resiliencia (capacidad de sobreponerse a la adversidad) no ven reducida su felicidad y satisfacción vital en los momentos difíciles, al contrario que las personas cuyo optimismo, resiliencia y sentido vital se encuentren en niveles bajos.
La mayoría de los problemas de salud repercuten de forma similar en el bienestar, tanto en el grado en que afecta un problema de salud a la vida diaria como en la importancia dada al mismo. Sin embargo, el estudio ha constatado que algunos problemas como el insomnio o los problemas cardiovasculares presentan diferentes patrones en ambas variables.