Las plantas medicinales de dispensación farmacéutica, como la camilina o la garcinia, ayudan a perder peso de forma sana y sostenible en el tiempo, según un estudio realizado por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO), entre 770 personas, con motivo del Día de la Nutrición que se celebra el próximo 28 de mayo. Los usuarios perdieron una media de 6 kilos en tres meses, sin efecto rebote, con un programa diseñado por INFITO y la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) que incluía preparados farmacéuticos de plantas medicinales, alimentación equilibrada y ejercicio físico.
El programa Cuida tu línea con salud está desarrollado por ambas sociedades científicas en 1.800 farmacias de toda España, e incluye planes personalizados con consejos dietéticos, de ejercicio y preparados farmacéuticos de plantas medicinales. La principal diferencia con respecto a los métodos poco saludables, cada vez más generalizados, "es que la pérdida de kilos se produce de forma gradual y sostenible en el tiempo, y se realiza con las máximas garantías de seguridad, calidad y eficacia", indica Teresa Ortega, vicepresidenta de INFITO y profesora de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid.
Las plantas medicinales contra el sobrepeso, "deben acompañarse siempre de una adecuación en la ingesta de alimentos y un aumento en el gasto energético mediante la práctica de ejercicio físico diario", subraya la profesora Ortega. Además, hay que acudir al farmacéutico para que aconseje sobre la más adecuada a cada caso, "pues tienen diferentes acciones encaminadas a resolver las variadas necesidades que pueda tener el paciente", añade.
Según datos de INFITO, la camilina o té verde es una de las plantas medicinales más conocidas por los españoles, ya que el 82% de los consumidores habituales de fitoterapia la conoce y cuatro de cada diez la toman con fines terapéuticos. "Se puede utilizar como coadyuvante en el tratamiento del sobrepeso, pues los componentes de sus hojas contribuyen a la pérdida de grasa y de peso corporal", señala la profesora Ortega. Esto se debe a que, favorece un incremento del gasto energético y de la oxidación de grasas, así como una disminución en la absorción de lípidos", afirma. Por su parte, el glucomanano, "tiene un efecto saciante gracias a su contenido en fibras solubles, lo que le convierte además en un gran aliado para regular el tránsito intestinal", destaca. En el caso de la alcachofa, también de las más utilizadas, añade, "se utiliza como depurativa y normalizadora de la digestión de las grasas".
Por otro lado, para reducir el apetito y la acumulación de grasas se puede tomar la Garcinia cambogia, "que puede ser útil en aquellas personas que no necesitan una restricción calórica severa o para evitar ganancias de peso una vez terminada la dieta hipocalórica", explica. Por su parte, el café verde consigue disminuir los depósitos grasos del tejido adiposo por un mecanismo similar al del té verde, y la cetona de frambuesa favorece una menor absorción de las grasas.
Dieta adaptada y plan de alimentación
A la hora de realizar una dieta, hay que tener en cuenta "los hábitos alimenticios que sigue el paciente para elaborar un plan que responda a sus gustos y necesidades. Por eso es importante, hacerlo bajo el seguimiento de un profesional sanitario", comenta la doctora Pilar Riobó, especialista en Endocrinología y Nutrición. En este sentido, destaca, "puede resultar útil la ayuda del farmacéutico que, además de ofrecer consejos dietéticos y de actividad física, puede recomendar la planta medicinal más adecuada".
Esta especialista advierte de las dietas muy drásticas y poco saludables basadas en la eliminación de comidas o grupos de alimentos. "Pueden conllevar efectos secundarios importantes como alteraciones de micronutrientes o de electrolitos, que conduzcan a trastornos cardíacos, pérdida de masa muscular o, incluso, alteraciones psicológicas debidas a las restricciones dietéticas excesivas", subraya. Según una encuesta realizada por INFITO, una de cada cinco personas sigue métodos poco saludables para perder peso, como la eliminación de comidas o grupos de alimentos, o la toma de sobres y batidos proteicos.
La eliminación de comidas "hace que se llegue con más hambre a la siguiente y cuanta más tengamos, tenderemos más a tomar alimentos más grasos y azucarados, y nos daremos un atracón", advierte Andrea Calderón, nutricionista de la SEDCA. Eliminar grupos de alimentos tampoco es adecuado porque cada uno tiene unos nutrientes, vitaminas y minerales que otros no tienen o tienen en menor cantidad. Y en cuanto a los sobres y batidos utilizados para perder peso de forma rápida, "no están promoviendo ningún hábito bueno para la salud y no son equilibrados, además de que pueden provocar sensación de fatiga y cansancio", explica.
Una de cada cinco personas ha hecho dos intentos para perder peso
Uno de los resultados de la encuesta realizada por INFITO revela que una de cada cinco personas ha hecho entre uno y dos intentos de dieta en el último año, sobre todo las mujeres. "Lo ideal es seguir una dieta equilibrada adecuada a las necesidades de cada uno y que sea sostenible en el tiempo, sustentada en hábitos saludables que enseñen a la persona a comer sano", aconseja Andrea Calderón, nutricionista de la SEDCA. Además, más de la mitad considera que tiene exceso de peso y, más concreto, una de cada cinco cree que le sobran entre tres y cinco kilos. La percepción sobre el sobrepeso es más acusada en el caso de ellas y sobre todo en personas de entre 35 y 39 años.
Según esta experta, es fundamental seguir el patrón de dieta mediterránea y el modelo del plato que consiste en tomar la mitad de la ración en forma de verdura y hortaliza; una cuarta parte del plato en forma de hidrato de carbono (pan, patata, arroz, pasta, preferiblemente integral); y la otra cuarta parte en forma de proteína (carne, pescado, huevo o legumbres). "Así estamos tomando todos los alimentos en raciones adecuadas y moderando las calorías de la dieta", asegura. Lo recomendable es tomar dos raciones de verdura al día, cocidas o crudas; tres de fruta; legumbres, dos o tres veces por semana; cuatro raciones de pescado (alternando blanco y azul); huevo, dos o tres veces por semana; y un puñadito diario de frutos secos.
Por otro lado, una de cada cuatro personas ha engordado entre 2 y 5 kilos con respecto al verano anterior, también en mayor medida, las mujeres, según la encuesta. "Lo malo de las dietas basadas en métodos poco saludables es que al ser tan restrictivas y monótonas favorecen su abandono y el efecto rebote, es decir, se va a recuperar el peso perdido o incluso ganar más kilos", advierte. Además, no se realizan con "el seguimiento de profesionales cualificados ni se basan en evidencias científicas demostradas", concluye.