Miles de personas participarán la próxima semana en las procesiones que, con motivo de la Semana Santa, saldrán a las calles en todo el país. Las bandas de música, los tambores y las cornetas son un acompañamiento indispensable durante las procesiones. De hecho, en algunos casos, los propios tambores se convierten en protagonistas.
La Ruta del Tambor y Bombo, declarada de Interés Turístico Internacional une a casi una docena de localidades del Bajo Aragón (Calanda, Alcañiz, Andorra, Híjar…) con un punto en común: su pasión por las tamborradas espectaculares. Otros ejemplos en los que los tambores son el eje de estos actos religiosos son la procesión de Las Turbas, en Cuenca o La Tamborrada de Tobarra, en Albacete, en la que se tocan los tambores durante 104 horas seguidas.
Mientras los tambores, los clarines o las trompetas suenan, el nivel de decibelios al que los oídos están expuestos, es muy elevado. Las personas que participan en estos actos, soportando esos niveles durante horas, deben proteger sus oídos.
Las tamborradas pueden causar pérdida de audición
Exponerse a ruidos muy elevados, máxime si se prolongan en el tiempo, puede causar daños en los oídos. Los ruidos pueden dañar las estructuras delicadas del oído interno provocando pérdida de audición inducida por el ruido.
La pérdida de audición inducida por el ruido puede ocurrir de una sola vez por un sonido intenso e "impulsivo", como el de una explosión, o puede ocurrir poco a poco por la exposición continua a sonidos fuertes, como los ruidos generados en una carpintería.
Tocar en una banda es una de las actividades que, según el National Institute of Deafness and Other Communication Disorders, puede suponer un riesgo de desarrollar pérdida de audición inducida por el ruido.
La exposición al ruido fuerte también puede causar tinnitus, que puede desaparecer con el tiempo o continuar. Las investigaciones recientes sugieren, sin embargo, que a pesar de que la pérdida de audición aparenta desaparecer, a largo plazo puede haber daño residual de la audición.
Para proteger la salud auditiva se debe mantener una distancia con el punto de origen del sonido y limitar el tiempo de exposición al sonido. Esta recomendación es fundamental para las personas que ven como espectadores el paso de la procesión. Y especial atención se debe prestar a los niños, a los que se debe mantener a una distancia prudente con respecto a la fuente emisora del ruido.
Tapones a medida contra el ruido
Sin embargo, las personas que forman parte de la procesión, deben protegerse de otra manera. El uso de tapones antirruido, indicados para los profesionales que están expuestos a altos niveles de ruido en sus puestos de trabajo, se convierte en la solución.
Audiocentro recomienda el uso de tapones a medida que se adaptan totalmente al conducto auditivo de cada individuo logrando una mayor protección de los oídos así como un mayor confort, imprescindible para llevar puestos tapones durante horas.
Los tapones antirruido se adaptan fácil y rápidamente y están fabricados con diferentes tipos de filtro según las necesidades particulares de cada usuario.
La pérdida de audición es irreversible así que la protección se torna fundamental para la protección de la salud auditiva.