La compañía biomédica Pfizer, con el aval científico de la Asociación Española de Andrología (ASESA), ha puesto en marcha una página web para informar a la población sobre los riesgos que pueden conllevar el uso de medicamentos falsificados. El consumo de este tipo de fármacos puede, en el mejor de los casos, no hacer nada, y en el peor, llegar a perjudicar la salud del paciente.
Los fármacos falsificados se fabrican y distribuyen fuera de los canales legales de fabricación y venta. Su consumo puede suponer un problema para la salud de los pacientes ya que se desconoce su composición y no están sujetos a ningún tipo de control de calidad.
En este sentido, la Dra. Ana Puigvert, expresidenta de la ASESA, afirma que "la mejor manera de garantizar que estamos tomando un medicamento auténtico es que sea recetado por un médico y se adquiera en la farmacia".
"Todo fármaco, desde que se crea su molécula, pasa por centenares de estudios y pruebas (tardan más de 15 años en algunas ocasiones) hasta que están a disposición de los pacientes en las farmacias o centros hospitalarios. Por lo tanto, se desconoce el mecanismo de acción de cualquier sustancia adquirida fuera de los circuitos legales; su vía metabólica o cuánto tiempo queda en el organismo, etc., es un perfecto desconocido, por lo tanto, peligroso", explica la experta.