La Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la lucha contra la hipertensión arterial (SEH-LEHLA) informa de que los españoles consumimos el doble de sal del máximo recomendado. Así, asegura que mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda reducir la ingesta de sodio por debajo de los 2 g al día en el caso de los adultos (5 g de sal, lo que equivale a una cuchara de café), los españoles consumimos una media de 10g de sal diarios.
En el caso de los niños, además, la cantidad recomendada es inferior, siendo de 3 g/dia en niños menores de 7 años y de 4g/ día en niños con edades comprendidas entre los 7 y 10 años, según los expertos.
En este sentido, la presidenta de la SEH-LEHLA, Nieves Martell explica que el problema además, es que "no se trata sólo de la sal que añadimos a las comidas, si no a la que los propios alimentos llevan incorporada". Así, informa de que la mayor parte del sodio que ingerimos se encuentra en los alimentos naturales, y en los transformados por la adición específica de sal o por la de aditivos que contienen sodio.
Por este motivo recomienda comprobar cuánta sal contienen antes de comprarlos, para lo que basta con multiplicar por 2.5 la cantidad de sodio que se indique en la etiqueta para conocer los gramos de sal que ingerimos con ese alimento. Además, recomienda a los ciudadanos incrementar en su dieta la ingesta de productos vegetales frescos, "ya que contienen menos sal, menor cantidad de grasas saturadas y mayor cantidad de potasio, exponente básico de la dieta cardiosaludable".
Asimismo, recuerda la importancia de no añadir sal al plato cuando ya esté terminado y de intentar sustituirla por otras especias que le den sabor. Para reducir el nivel de sal que consumimos, también aconseja lavar las conservas vegetales y legumbres antes de utilizarlas y en los restaurantes, pedir que nos sirvan la salsa separada del plato, para sólo añadir la cantidad deseada.
Así, explica que "aunque el consumo de sal es necesario para nuestro cuerpo, ya que controla la cantidad de agua del cuerpo, regula los fluidos, y ayuda a transmitir los impulsos nerviosos, un exceso de sal es altamente perjudicial para nuestra presión arterial".
En este sentido, la SEH-LEHLA informa de que el exceso de sal no se puede eliminar por los riñones, se acumula en nuestra sangre atrayendo el agua e incrementando el volumen de sangre circulante. Esto provoca que el corazón necesite trabajar más fuerte para mover la sangre y se eleve la presión produciendo hipertensión arterial.